El acuerdo con el FMI

Werner cuestionó el acuerdo entre Argentina y el FMI: "No lo sacará del bucle de la inestabilidad"

Calificó al anuncio de "decepcionante", pues no puede atacar los problemas estructurales del país. Duras críticas a la gestión de Fernández.

Alejandro Werner,  ex director del organismo internacional para América Latina, lanzó una durísima crítica sobre el acuerdo preliminar entre el FMI y Argentina, pues asegura que si bien podrá ser una ayuda en el corto plazo, no será suficiente para resolver los problemas estructurales del país, e incluso advierte que podría poner en riesgo la reputación del organismo internacional.

En un artículo de análisis publicado en la revista estadounidense Americas Quarterly, Werner no solo calificó de decepcionante el anuncio; también  afirmó que el programa "acepta implícitamente que resolver el rompecabezas socioeconómico argentino es imposible y se conforma con las condiciones mínimas para no caer al abismo". 

En su columna titulada "Argentina y el FMI: una historia sin fin" lanzó fuertes críticas al manejo del Presidente Alberto Fernández,  pues considera que el acuerdo "es producto de un presidente que prefiere culpar a las administraciones pasadas y comentar las trampas del capitalismo, en lugar de hacer el trabajo para el que fue elegido: emprender las políticas necesarias para encaminar a Argentina en el camino del crecimiento estable e inclusivo".

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Además, cuestionó el análisis de Fernández al considerar que el endeudamiento está al centro del problema económico argentino, en tanto que los principales economistas afirman que éste, además de la inflación son más bien "síntomas de problemas estructurales mucho más profundos en el país".

Werner explicó que el acuerdo preliminar para un nuevo programa, muestra compromisos de políticas y reformas que no se acercan a lo que Argentina necesita para mejorar sus perspectivas económicas, "lo que sugiere que el país puede permanecer atrapado en su bucle de bajo crecimiento e inestabilidad", pues si bien habrá abordado la grave situación del servicio de la deuda externa que enfrentó a fines de 2019,  no resuelve las problemáticas que enfrenta el país, con objetivos "débiles" en materia microeconómica y con una agenda de reformas estructurales "ausente". 

 Para el exfuncionario del FMI, el gobierno de Fernández tendría que reducir el gasto público -que según sus datos está 40% por arriba de su PIB-, lo que permitiría aumentar la inversión -la cual califica actualmente como "insignificante"-. También hace foco, con preocupación, de que existe "inconsistencia entre un estado de bienestar ambicioso y la falta de un acuerdo social sobre cómo financiarlo", lo cual, asegura que genera "inestabilidad crónica". 

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En su texto delinea otras problemáticas: una inflación que es la cuarta más alta del mundo, detrás de Venezuela, Zimbabue y Sudán; en tanto que el PIB per cápita está "significativamente" por debajo del nivel observado en 2010. Advierte que los precios de la deuda soberana indican que se puede esperar otro incumplimiento y que el país se está quedando sin reservas internacionales, pese a que los precios de la soja, su principal exportación, están significativamente por encima de su promedio histórico. 

También consideró que a través del programa Extended Fund Facility (EFF) el FMI brinda apoyo financiero a largo plazo para hacer frente a las presiones sobre la balanza de pagos del país miembro mientras implementa los cambios estructurales profundos necesarios para abordar las deficiencias de la economía, pero en ese sentido, Werner se pregunta si hay una estrategia factible de largo plazo que le permita salir al país de "décadas de estancamiento e inestabilidad". 

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En ese contexto, justificó la salida que el FMI ofreció, deslizando que tenía poco margen de acción: "La desagradable alternativa era aceptar un programa que reduce significativamente la probabilidad de una explosión financiera en el corto plazo, pero que no contribuirá a encaminar al país para salir de décadas de inestabilidad y estancamiento". 

Más aún, soltó que "el FMI está poniendo su reputación en juego detrás de la agenda económica de las autoridades mientras espera el programa 24 con Argentina. Lo mínimo que deben esperar es que el presidente Fernández se haga cargo del programa, lo implemente impecablemente y explique claramente a la población argentina por qué esta es la mejor línea de acción para evitar otra crisis financiera en toda regla".