Albares se plega a Estados Unidos y llama a los españoles a salir "temporalmente" de Ucrania frente a una "inminente" invasión
El Ministerio de Asuntos Exteriores pidió a los españoles que no viajen a Ucrania y a los que allí residen que lo abandonen "temporalmente", luego de que Estados Unidos ordenara a los empleados no esenciales de su embajada en Kiev que evacuaran el lugar. El Ministerio a cargo de José Manuel Albares recomendó esta medida "mientras persistan las circunstancias actuales", al tiempo que confirmó la eventual aplicación de un dispositivo de evacuación coordinado con los países de la OTAN.
El presidente estadounidense Joe Biden viene insistiendo en un ataque "inminente" de Rusia a territorio ucraniano para este mes. El secretario de Estado, Antony Blinken, sugirió que la invasión podría producirse mientras tienen lugar los juegos olímpicos de invierno en Beijing.
Ayer el mandatario demócrata encabezó una conferencia virtual con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los líderes de Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Rumanía. Pedro Sánchez volvió a quedar afuera de la reunión.
A diferencia de Francia o Alemania, la Casa Blanca no quiere abandonar la política de presión hacia Rusia. Y el anuncio de este sábado del Departamento de Estado encendió las alarmas por la cercanía de un enfrentamiento directo, pues señala que los "ciudadanos estadounidenses no deben viajar a Ucrania" y los que ya se encuentren en el país "deben partir de inmediato utilizando opciones de transporte comerciales u otras opciones de transporte privado disponibles".
La Cancillería rusa califica las acciones estadounidenses de "un ataque mediático coordinado" contra Rusia con el fin de "desacreditar las justas exigencias de Rusia en materia de garantías de seguridad, así como para justificar las aspiraciones geopolíticas occidentales y el desarrollo militar del territorio ucraniano". Pero el gobierno de Vladimir Putin no parece dispuesto a allanar una vía para la desescalada.
Luego del encuentro entre Putin y Emmanuel Macron a comienzos de esta semana, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró con cierto sarcasmo que "Moscú y París no pueden llegar a ningún acuerdo" respecto a acciones militares en la zona porque Francia ni siquiera lidera la OTAN. La misma suerte corren los esfuerzos de Alemania para rebajar las tensiones. Peor aún fue el encuentro que mantuvieron el jueves la ministra británica de Exteriores, Liz Truss, con su par ruso, Serguéi Lavrov.
Macron se desmarca de Biden y acelera su estrategia de mayor autonomía para Europa
"Rusia tiene una elección clara: puede seguir el camino de la diplomacia, trabajar con la OTAN para mejorar la seguridad en Europa o seguir la senda actual y desplegar más tropas en la frontera de forma amenazadora", señaló la funcionaria británica. El cara a cara no fue productivo, más bien un intercambio que demostró las hostilidades mutuas. Lavrov admitió después que la relación bilateral está en su punto más bajo en años y que el encuentro con Truss fue un "diálogo de sordos".
Un día más tarde Boris Johnson envió a Moscú a su ministro de Defensa Ben Wallace para que se reuniera con su par ruso, Serguéi Shoigú. Cumplieron el cometido de rebajar el tono y encontrar un principio de distensión. Sin embargo, horas después, desde Washington llegaba el mensaje alarmista de una evacuación de su personal diplomático. Pero las negociaciones entre las partes continúan en estas horas.