Ucrania

Macron se desmarca de Biden y acelera su estrategia de mayor autonomía para Europa

El presidente francés confía en que puede desescalar la tensión entre Kiev y Moscú y consolidar el liderazgo francés en Europa. Busca sumar a Scholz a las negociaciones.

 Emmanuel Macron está dispuesto a hacer de la crisis entre Ucrania y Rusia una oportunidad para impulsar su plan de autonomía estratégica para Europa. Mientras la Casa Blanca sigue mostrando el músculo ante el Kremlin, el presidente francés apuesta por la desescalada, desmarcándose de Joe Biden y la presión que ejerce la OTAN.

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Macron tuvo el lunes una reunión cara a cara con Vladimir Putin en Moscú que se extendió por cinco horas, antes de viajar a Kiev, para seguir las negociaciones con su par ucraniano, Volodimir Zelenski. En Ucrania tuvo una recepción más cálida que en Rusia, donde el gobierno de Putin desmintió las declaraciones del mandatario francés respecto a un acuerdo para frenar cualquier avance militar por parte de las fuerzas rusas.

Putin está jugando su propia partida y mientras rebaja las expectativas de Macron, utiliza el diálogo con su homólogo francés para mostrar las divisiones entre Estados Unidos y sus aliados. "A Rusia le conviene que Europa siga una línea política propia basada en la diplomacia y en el diálogo directo. Le interesa poder negociar de manera separada con la UE y con Estados Unidos, en vez de oponerse a la OTAN como bloque", asegura a LPO Alba Hahn, experta en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. 

A Rusia le interesa poder negociar de manera separada con la UE y con Estados Unidos, en vez de oponerse a la OTAN como bloque

Claro que detrás de la estrategia de Moscú está la intención de debilitar la capacidad de maniobra de la UE, ya que dentro del bloque cuenta con países hostiles hacia el Kremlin. Según la analista, "al darle un protagonismo a Francia, en vez de dárselo a las instituciones europeas, Rusia está estableciendo un patrón por el cual merma a la UE y se sitúa en la posición de negociar uno a uno con los países europeos". De esta forma, al gobierno ruso "le interesa que Francia se sienta empoderada en este papel de líder y que la UE no tenga tanta fuerza como bloque en futuras negociaciones".

 Macron junto al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el martes en Kiev. 

Por su parte, el gobierno de Macron viene dando señales de una política exterior diferente a la de Washington, tanto en las formas como en el contenido. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, habló esta semana de "intereses diferentes" con su aliado. "No nos dejemos arrastrar por Estados Unidos a una posición que no sea la de los europeos", afirmó el ministro. Hasta el momento, ningún funcionario destacado de Francia se había animado a decirlo de forma tan explícita.

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Macron viene empujando su política de autonomía estratégica, tanto para Francia como para Europa. La partida de Angela Merkel le brinda la oportunidad para asumir el rol de líder europeo, pero también para presumir su carácter de primera potencia militar del bloque. Además, su confianza en la OTAN no es tan sólida como la que albergan otros países como Reino Unido, Alemania o los del Este europeo. En el frente interno, los principales rivales para las presidenciales de abril prometen sacar a Francia de la alianza atlántica, como es el caso de la ultraderechista Marine Le Pen. 

En el frente interno, los principales rivales para las presidenciales de abril prometen sacar a Francia de la alianza atlántica, como es el caso de la ultraderechista Marine Le Pen

Con todo, no se trata de una ruptura con la OTAN ni de marginar a sus socios europeos. De hecho, luego del encuentro con Zelenski, Macron partió a Berlín para reunirse con el canciller alemán Olaf Scholz y con el presidente polaco, Andrzej Duda. El mandatario francés quiere contar con Scholz para revivir los Acuerdos de Minsk de 2015, patrocinados por Francia y Alemania, por los cuales se contuvieron los combates entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, los acuerdos quedaron en letra muerta tras la escalada de los últimos meses.

 Macron en Berlín con el presidente polaco Andrzej Duda y el canciller alemán Olaf Scholz. 

La situación de Scholz es más complicada, ya que la crisis le estalló en la cara apenas estrenado en el cargo. El sucesor de Merkel también quiere ponerse el traje de mediador, aunque le costará mantener unas negociaciones nada fáciles con Putin y Zelenski luego de su visita a la Casa Blanca, donde fue ambiguo acerca de las intenciones de Alemania de abandonar el Nord Stream 2, el gasoducto por el cual se garantiza la provisión de gas ruso. La parálisis de Scholz frente Biden exhibió un rol secundario de Alemania.

"De momento Scholz está mostrando unidad con la política estadounidense respecto al gas, parece dispuesto a sacrificar el proyecto del Nord Stream 2, pero es pronto para preocuparse por la llegada del gas a Alemania, porque estamos en un momento de más amenazas que acciones. Y además sabemos que Alemania está desde hace tiempo, con este gobierno, apostando con alternativas energéticas", dice Hahn.

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Macron no cuenta con una socia como Merkel para dar impulso a su estrategia. Putin parece desautorizarlo en público, aunque sabe que es el único líder capaz de influir en Washington y Bruselas para acercarse a un escenario de mayor estabilidad, algo conveniente para todas las partes. Del futuro de la crisis entre Ucrania y Rusia depende el éxito de su intención de convertirse en el hombre capaz de darle a Europa un protagonismo eclipsado por Estados Unidos.