El acuerdo con el FMI

Advierten que para llegar a la meta de déficit acordada con el FMI se necesita un 50% de inflación

Para los analistas el ajuste para este año es alcanzable con más de 50% de inflación para licuar el gasto público.

Contrario a lo que consideran analistas del extranjero, para varias consultoras locales el programa con el FMI va a ser de fácil cumplimiento al menos en 2022, aunque advierten que no será como propone Martín Guzmán, es decir, sin ajuste del gasto y librándole la tarea al crecimiento. Más bien, consideran que la aliada en la reducción del déficit, para que pase del 3% del PBI en 2021 al 2,5% este año será la inflación.

Para la calificadora Moody's, Argentina no va a cumplir el acuerdo con el FMI

Y aunque las proyecciones sobre la inflación necesaria para licuar el gasto público e incrementar los ingresos no coinciden del todo, en lo que sí concuerdan es en que los números de este año cerrarán con la inflación arriba del 50%. Es que, buena parte de la recaudación depende de impuestos directamente ligados a la inflación más si se tiene en cuenta que este año el Gobierno no contará con el impuesto extraordinario a la riqueza que en 2021 le dio medio punto adicional del PBI de ingresos fiscales.

La consultora Analyitica en su último informe, por ejemplo, tomó como crecimiento económico supuesto para 2022 un 4%, esto es solo un punto porcentual por encima del arrastre estadístico que dejó 2021 y un 55% de inflación y concluyó que, de mantener el resto de las partidas actualizándose a velocidad crucero, el déficit fiscal primario se agravaría medio punto hasta llegar al 3,5% del PBI. En otras palabras, solo con seguir creciendo no bastaría para reducir el déficit como postula Guzmán.

Solo creciendo al 4% anual, el déficit fiscal primario se agravaría medio punto hasta llegar al 3,5% del PBI. En otras palabras, crecer no bastaría para reducir el déficit como postula Guzmán. En cambio, habría que hacer algunos ajustes en las partidas presupuestarias para lograr llegar al 2,5% del PBI

En cambio, habría que hacer algunos ajustes en las partidas presupuestarias para lograr llegar al 2,5% del PBI. Y no sería en partidas particularmente complejas para arrancar. Por un lado, la reducción del gasto remanente asociado al Covid-19 que el Gobierno ya empezó a hacer a comienzos del año. Y, por otro, una segmentación de las tarifas para reducir los subsidios energéticos en medio punto del PBI.

"En 2021 las partidas Covid representaron 1,6% del PIB, distribuido en asistencia a familias (0,7%, básicamente tarjeta alimentar, plan potenciar trabajo y bonos a jubilaciones y AUH), refuerzo a gastos de salud (0,6%, vacunas principalmente) y apoyo a sectores productivos (0,3%). Dada la mayor actividad económica, la recuperación de los puestos de trabajo y el menor stress del sistema de salud por estar en las etapas finales de la pandemia, es factible una reducción del 0,5% del PIB en estas partidas", consideraron en Analytica.

 Las proyecciones sobre la inflación necesaria para licuar el gasto público e incrementar los ingresos no coinciden del todo, en lo que sí concuerdan es en que los números de este año cerrarán con la inflación arriba del 50%

O bien podría actualizar todas las partidas a un ritmo del 47% anual para que, en términos reales se implemente una reducción del gasto real de 5 puntos o para alcanzar la meta acordada con el Fondo. O podría hacerlo pisando más algunas partidas que otras: "Por ejemplo, ajustando jubilaciones y salarios a la par de la inflación mientras el resto de las partidas crece a penas al 29%", ejemplificaron al tiempo que aclararon que "Un camino más lógico seria ajustar únicamente las tarifas energéticas".

En este sentido, recordaron que una segmentación de tarifas que incremente hasta en un 155% las facturas de luz y gas para el 10% más pudiente y no incremente las tarifas para el 50% más pobre podría significar un ahorro de 0,7 puntos del PBI.

Por eso, para los consultores de Analytica lo más factible es que se implemente una combinación de licuación del gasto mediante inflación más varias políticas de reducción del gasto que permita en 2022 bajar medio punto en déficit primario y proseguir la convergencia al equilibrio fiscal el año próximo. Máxime si se tiene en cuenta que  "la contracción fiscal acordada es bastante suave; en tiempos recientes, para niveles iniciales de déficit comparables, el FMI exigió déficit cero al año siguiente (Gabón) o la sumo al segundo año (Kenia)" y Argentina "está por comprometerse a un paquete de políticas por dos años y medio para llegar al equilibrio fiscal en el cuarto año (2025)".

 La contracción fiscal acordada es bastante suave; en tiempos recientes, para niveles iniciales de déficit comparables, el FMI exigió déficit cero al año siguiente (Gabón) o la sumo al segundo año (Kenia)

En este misma línea, desde el Centro de Estudios para la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, su director Víctor Beker consideró que para llegar a la meta del 2,5% del PBI: "La reducción del déficit se lograría mediante un aumento de tarifas, que permitiría reducir el monto de los subsidios a la energía; de la inflación que este año podría llegar al 61% y que, al igual que en períodos anteriores, licuaría el valor real del gasto público, y de una mejora en la recaudación tributaria".