Bronca en Rosario porque Borinsky liberó al novio de la boda narco del triple crimen
"Mientras la Cámara Federal de Rosario había dispuesto la encarcelación de Esteban ‘Pinky' Rocha, los jueces de Capital lo ponen en libertad argumentando que no había peligro procesal ni riesgo de fuga, eso es aplicar la letra de la ley desconociendo las implicancias de una realidad que afecta a todo el país", se quejó el secretario de Justicia de Santa Fe, Gabriel Somaglia, en conversación con LPO.
En el gobierno provincial aseguran que la boda entre "Pinky" Rocha y Brisa Leguizamón que tuvo como desenlace el feroz el asesinato de una pareja y su hija de un año, no debía haberse concretado porque la mujer estaba condenada a prisión domiciliaria por la justicia federal y su flamante marido había sido excarcelado el año pasado por la Cámara de Casación que preside el juez Mariano Borinsky, conocido por las reuniones que mantuvo con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos.
Los funcionarios de Omar Perotti apuntaron contra el tribunal porteño que liberó a Rocha revirtiendo la decisión del fuero local que había dispuesto la prisión preventiva al advertir que el imputado ocupaba un lugar de jerarquía media en una compleja estructura narco que vienen sumiendo a Rosario en una escalada de violencia extrema.
"Hay jueces que se ajustan a la letra de la ley y son garantistas al extremo pero en el caso del narcotráfico, no hay que desatender los hechos que se le atribuyen a sujetos como ‘Pinky' Rocha y la trascendencia social que tienen esos hechos. Forman parte de una empresa criminal y la pena que le puede corresponder no tiene ejecución condicional", argumentó Somaglia molesto por la liberación del acusado.
Además, en el gobierno provincial se preguntan cómo fue posible que la novia, Brisa Leguizamón, haya abandonado su residencia de Rueda al 200 bis, zona sur de Rosario, donde debía cumplir prisión domiciliaria, para ir primero a un coqueto hotel cinco estrellas de Puerto Norte y luego a la localidad de Ibarlucea donde en un country se realizó la fiesta que a su finalización se produjo el sangriento triple homicidio.
"La mujer tenía prisión domiciliaria, nadie la controló no hubo jueces que dispongan de su custodia y eso es un episodio serio, lesiona a la política", consideró el secretario de Justicia provincial.
"¿De qué sirve que manden gendarmes si después los jueces hacen lo que se les canta? La lucha contra el narcotráfico no es un problema de Rosario sino de todo el país", agregó Somaglia.
"Estamos viviendo en un momento de excepción y si se aplica la ley fríamente que está pensada para un contexto ordenado, se confunde el rumbo. Rosario es una ciudad jaqueada por empresas criminales y por tal motivo vive un momento de excepción. No puede ser que los jueces de Capital Federal excarcelen a delincuentes sin mencionar la naturaleza de los hechos y sus contextos", concluyó el funcionario de Perotti.
Precisamente fue Perotti quien inauguró el diálogo institucional entre el ejecutivo provincial y la justicia federal con asiento en la provincia donde jueces y fiscales le manifestaron las demandas de infraestructura y recursos para hacer frente a la cantidad de causas vinculadas a delitos complejos que dependen de dicha jurisdicción.
En esas reuniones, de la que participaron integrantes de la Corte Suprema de la Nación y el procurador Eduardo Casal, coincidieron en la importancia de comprender la problemática del narcotráfico en todas sus dimensiones. Las causas se aceleraron y los allanamientos y detenciones casi diarios pero lo que sorprendió en este caso fue la posición del tribunal revisor con asiento en Buenos Aires que liberó a un importante narco por una lectura reducida de la ley, consideran en Santa Fe.
De hecho, hasta el intendente de Rosario Pablo Javkin se hizo los mismos interrogantes: "Esta nueva escalada (de violencia) está ligada a este involucramiento muy activo de personas condenadas o con prisión domiciliaria", fustigó el alcalde y agregó que "hay un desprecio hacia Rosario" y acusó a las autoridades nacionales y provinciales de no "ayudarnos en serio".