Elección 2021

El toro por las astas

El Tribunal Electoral fue una vez más el amplificador de las grietas de la 4T. Félix y Morón son sólo la capa más superficial de la herida.

Guerrero, siempre Guerrero. Esa tierra convulsionada otra vez como emergente de una crisis política mucho más profunda en México. La historia se repite, primero como tragedia y después como farsa.

El Presidente ignoró el lastre que significaba la designación de un perfil con todos los negativos posibles. Sobre Félix Salgado pesaban denuncias de abuso, historias de presuntos nexos con el crimen, un legajo que además incluía una pésima administración en Acapulco. Un combo tóxico que hace demasiado visible el tropiezo de AMLO.

Pero esa insensibilidad para comprender ese yunque que estaba a punto de cargar sobre sus hombros, dejó también muchos daños colaterales y reabrió viejas internas. Quizás uno de los personajes de la 4T que más lastimado sale de este baile es Mario Delgado.

Cumbre en Palacio: Temen violencia de Félix, y debaten si hay que dejar a Guerrero y Michoacán sin candidatos

Hace ya varias semanas que Delgado se queja entre sus íntimos por el trabajo sucio que debió asumir. Como dirigente de Morena, fue el defensor más cercano a Salgado Macedonio, una tarea que ahora lo deja maltrecho. "Yo asumo todo los costos, AMLO me está desgastando", dijo ante su mesa chica de asesores. Y tiene razón.

La aspiración de fondo de Delgado es la Ciudad de México. En sus cálculos, si su aliado Marcelo Ebrard no consigue la candidatura presidencial, la Jefatura de Gobierno podría ser la compensación para su grupo. Ya carga entonces con una mancha indeleble: ¿Cómo enfrentaría a una ciudadanía históricamente progresista después de esta defensa inexplicable a Félix? Todavía tiene tiempo para pensar respuestas.

Hace ya varias semanas que Delgado se queja entre sus íntimos por el trabajo sucio que debió asumir. 'Yo asumo todo los costos, AMLO me está desgastando', dijo ante su mesa chica de asesores. Y tiene razón.

El Tribunal Electoral fue otra vez el amplificador más fiel de las grietas de la 4T. Una suerte de lupa que expone -para quien las quiera ver- las peleas de las tribus morenas. Allí está el caso de Michoacán, que deja otra vez a los Cárdenas en una relación siempre incómoda con AMLO. Raúl Morón es, antes que nada, un ahijado político de Leonel Godoy, quien a su vez es un producto de Cuauhtémoc Cárdenas.

Los Cárdenas olfateaban este final, e incluso apuntaban a Delgado por la falta de cabildeo ante el Tribunal. ¿Qué hay detrás? Según sus propias lecturas, una maniobra en favor de Cristobal Arias, el elegido de Ricardo Monreal que no logró obtener la postulación por Morena y ahora compite por Fuerza Social Por México, de Pedro Haces.

Pero los votos del Tribunal obligan siempre a una lectura aparte. José Luis Vargas, el único magistrado que votó en defensa de Salgado Macedonio, es otro de los grandes derrotados. El lenguaje corporal también habla: sólo bastaba con verlo en la sesión virtual para percibir la debilidad con la que transitará las próximas semanas.

Vargas también defendió Morón, esta vez en compañía de Mónica Soto. "Los Felipes se dieron vuelta", cuenta alegre una fuente de la Sala Superior, y así resume la fractura de un cuarteto oficialista que venía votando todo lo que necesitaba la 4T.

Atrás de estos movimientos aparece un viejo pleito para ver quién es el interlocutor más efectivo del obradorismo ante el Tribunal Electoral. Monreal y Scherer pulsean, y esta vez parece que ganó el líder de los senadores. 

Un dato casi anecdótico: Fuentes no pudo conseguir la reelección hace apenas unos meses, al quedarse sin el apoyo del Consejero Jurídico de Palacio Nacional. ¿Habrá llegado el momento de cobrarse viejas facturas?