México-EU

Pompeo dio luz verde al control migratorio de Ebrard y por ahora Trump no repondrá los aranceles

A 45 días de acuerdo en Washington, la Casa Blanca avaló los resultados de México. "No hay necesidad de ser Tercer País Seguro", celebró Ebrard.

Fue uno de los debates más profundos en la 4T. El acuerdo que consiguió Marcelo Ebrard en Washington se convirtió en una decisión controvertida incluso por compañeros del Gabinete. Se había conseguido frenar los aranceles para todos los productos mexicanos, pero también se debía dar un giro de 180º a la política migratoria, con una evaluación de resultados a los 45 días.

A un día de que se cumpla el plazo, la mañana del domingo el secretario de Estado, Mike Pompeo, se reunió con el canciller mexicano Marcelo Ebrard. ¿Volverían las amenazas de aranceles por la cuestión migratoria? ¿Acaso se pondría sobre la mesa la posibilidad de que México se convierta en Tercer País Seguro, como exigía la Casa Blanca? La cancillería mexicana publicó un comunicado donde informó que la reunión tuvo el objetivo de "discutir los principales asuntos de la relación bilateral". 

Según la dependencia, Pompeo reconoció los esfuerzos del gobierno mexicano en materia migratoria, por lo que Ebrard "no considera necesario iniciar ningún tipo de negociación con respecto a un eventual acuerdo de Tercer País Seguro entre México y Estados Unidos". Dijo que continuarían con la estrategia para reducir el flujo migratorio. Más tiempo para Ebrard.

"AMLO tiene el deber moral de exigir a Trump que detenga las redadas contra los migrantes" "

El concepto de tercer país seguro refiere a la idea de mantener en otro país a los migrantes que desean ingresar a Estados Unidos como asilados. En lugar de ser asilados por EU, serían obligatoriamente asilados por México. La realidad es que México accedió a cumplir con un rol bastante similar: todos aquellos que pidan asilo en EU deberán esperar la respuesta de su petición en suelo mexicano.

En la administración de Trump creen que México es el lugar indicado para que los migrantes que provienen de Centroamérica se queden, mientras se analizan sus pedidos de asilo. Los centros de detención para migrantes indocumentados en Estados Unidos están desbordados y según denuncian la oposición demócrata las condiciones no cumplen con los mínimos requisitos para la dignidad humana.

En los hechos, pese a la negativa oficial del gobierno de López Obrador, México está absorbiendo cada vez más inmigrantes centroamericanos desde que Trump amenazó con subir aranceles. Además, también tuvo que modificar su política de control en la frontera con Guatemala, en donde ya desplegó miles de elementos de la flamante Guardia Nacional.

Además del tema crítico de los migrantes, según el documento de la Cancillería mexicana, Ebrard le comunicó a su par de Estados Unidos la preocupación de México "con respecto a los aranceles impuestos al tomate mexicano puesto que estas medidas afectan negativamente a más de un millón de empleos en México".

Llama la atención que, como tercer punto en la agenda, apareció la conformación de un "grupo binacional" que tendría por objetivo recuperar los bienes y activos vinculados al Chapo Guzmán. Ebrard solicitó también a Pompeo que despliegue "un operativo para frenar el tráfico ilegal de armas" que entran a México desde EU.

El funcionario mexicano también solicitó a su símil estadounidense la reinstalación del programa de repatriación "que brindaba apoyo a los ciudadanos mexicanos repatriados de Estados Unidos y que fue suspendido en 2018".

La semana pasada Trump anunció una nueva medida que fuerza a todos los solicitantes de asilo a primero pedir refugio en México, o de la contrario sus solicitudes serían rechazadas. México insiste en que no entraría a un acuerdo de tercer país seguro con EU, con todo y la amenaza arancelaria de Trump.

En un tuit después del encuentro, Pompeo aseguró que EU y México "comparten mucho más que una frontera". El funcionario dijo que durante la reunión con Ebrard "reafirmamos nuestros valores democráticos y nexos culturales". Reafirmó que "México es uno de nuestros socios más importantes para incrementar la prosperidad y la seguridad de nuestros países y la región".

El viernes Ebrard aseguró que México ha cumplido con su parte del acuerdo. Como parte del esfuerzo para detener el flujo de migrantes, el Gobierno de AMLO ha desplegado más de 20 mil elementos en las zonas fronterizas. Tan sólo en la frontera sur se enviaron 6 mil efectivos.

A la salida del encuentro, José Luis González, supuesto abogado del Chapo Guzmán, intentó detener el convoy del funcionario estadounidense. El abogado se paró en la calle sosteniendo una pancarta donde exigió que el narcotraficante recién sentenciado sea regresado a México. "Es el dinero del Chapo", se podía leer en una de las pancartas