Transición

Tensión: En Morena ya hablan de un proyecto para reformar la Corte y recortar ministros

Mecanismos de presión. AMLO quiere que el tribunal haga un proyecto de ley para reducirse los sueldos. Un llamado de altura.

 Fue de las primeras cosas que la semana pasada Andrés Manuel López Obrador escuchó en su visita a la Suprema Corte: los sueldos de los ministros no pueden reducirse por decisión presupuestaria porque esa decisión violentaría la Constitución. Ya en la tarde en la colonia Roma AMLO conversó el tema con Olga Sánchez Cordero y Hugo Scherer. Ambos le confirmaron esa situación legal. Pero Scherer aportó un horizonte de solución: la Corte podría reducirse el sueldo si elabora un proyecto de ley que establece nuevos parámetros salariales y de ese modo la austeridad llega a la Avenida Pino Suárez.

Esta posible salida llegó hoy temprano a las oficinas de la Corte. Pero incluyó además una advertencia sutil: es preferible que la Corte haga el proyecto porque si se niega y decide hacerlo Morena por su cuenta ya no solo habrá cuestiones salariales. Habrá asuntos de mayor alcance y reformas de fondo sobre que tanto peso tienen las decisiones cortesanas.  Tal vez la que más resuena en estas horas: reducir el número de jueces de la Corte y que pase de once a siete.

La conversaciones suben su densidad porque sobre el final de la semana pasada Morena perdió diputados y alcaldes en distintos estados por decisiones judiciales.

El cálculo realizado el fin de semana eleva los peores ánimos en los sectores más extremos de Morena. La Corte anunció un recorte de 5000 millones anuales pero eso ni siquiera implica el 8% del presupuesto total del Poder Judicial. Hay privilegios sobre los cuáles el máximo tribunal se niega a retroceder. La ministra Norma Piña Hernández ya envió mensajes por su grupo de whats app a sus colaboradores pidiéndoles "valor" y asegurando que ninguno de sus poco más de 50 colaboradores será recortado.

Arengas necesarias que se mezclan con otras banalidades, como por ejemplo la llamada furiosa que recibió Manuel Arroyo, dueño del periódico El Financiero, desde la Corte cuando días atrás publicó los gastos en tintorería del máximo tribunal. A ese punto llega la sensibilidad actual.