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Trump nominó a un conservador cercano a Bush para la Suprema Corte

La nominación arranca una posible batalla entre republicanos y demócratas en el Senado. En juego los derechos de LGBT y al aborto.

 Después de días de especulación Donald Trump finalmente anunció quién será su nominado para ocupar el puesto que se libera en la Suprema Corte de Estados Unidos. Se trata del juez federal de apelaciones Brett Kavanaugh. Un conservador de 53 años que empezó su carrera trabajando precisamente para el ministro al que va a reemplazar, Anthony Kennedy, currículo similar al del anterior ministro de Trump, Neil Gorsuch, quien ascendió a la Corte el año pasado.

La jubilación de Kennedy, quien a pesar de ser conservador siempre votó a favor de las causas progresistas sociales, cambiará el balance de la corte por una generación o más. En EU el nombramiento a la Suprema Corte es de por vida, por lo que Kavanaugh podría permanecer ahí más de treinta años.

Lo que muchos esperan, sobre todo las bases demócratas, es una batalla a muerte en el Senado, donde Chuck Schumer deberá mantener a sus senadores en línea y rechazar el nombramiento de Kavanaugh. Sin embargo, es posible que los líderes del partido hagan el cálculo de que oponerse abiertamente al ministro de Trump les va a afectar rumbo a las elecciones en noviembre.

Aún si los demócratas logran mantenerse alineados y votar contra Kavanaugh, necesitan que por lo menos un senador o senadora republicana vote en contra del nominado

Aún si los demócratas logran mantenerse alineados y votar contra Kavanaugh, necesitan que por lo menos un senador o senadora republicana vote en contra del nominado. Las republicanas vulnerables son Susan Collins, de Maine y Lisa Murkowski, de Alaska, quienes han navegado su carrera con la reputación de centristas moderadas. Ambas senadoras han asegurado públicamente en varias ocasiones que siempre protegerán el derecho de las mujeres al aborto.

Ese es justo el combate que está por librarse. Desde hace años los conservadores tienen en la mira la decisión del caso Roe v. Wade que en los años 70 reconoció el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Una Corte de mayoría conservadora posiblemente cambiaría su falló en el caso bajo un número diverso de argumentos. Podría dictaminar, por ejemplo, que los estados tienen derecho a legislar en la materia, lo que de inmediato haría que decenas de leyes antiaborto entraran en rigor en más de la mitad de los estados de la Unión Americana.

Lo mismo ocurriría con otras decisiones que Kennedy defendió, como el derecho a las personas del mismo sexo a contraer matrimonio, por ello por lo menos intentar frenarlo es un objetivo de capital importancia para los demócratas, quienes buscan energizar a sus bases rumbo a las elecciones históricas de noviembre.

Kavanaugh es un graduado de Yale y ha trabajado en la Corte de Apelación para el distrito de Washington DC desde la administración de George W. Bush, presidente para el que también trabajó.