Transición

Exclusivo: Peña Nieto analiza una última ronda de cambios en su Gabinete para controlar la transición

Los nombres que generan dudas. Las advertencias internas. Conversaciones con Moreira.

Enrique Peña Nieto tiene la particularidad de que cuando esta molesto o enojado es incapaz de disimular. La única grieta para un político formateable y que es un producto de la televisión y el marketing. El presidente no oculta su enojo y eso es muy visible en la primera semana tras la elección que coronó a Andrés Manuel López Obrador.

Integrantes de su equipo directo mencionan que la primer reacción presidencial fue culpar a los gobernadores y decir que no habían hecho su trabajo en la movilización de estructuras. Fue precisa la intervención de Rubén Moreira para recordarle que casi todos los gobernadores del PRI deberán seguir gobernando con legislaturas adversas y que ningún mandatario estatal se daría un balazo en el pie que afectara de tal modo su gestión cotidiana.

El presidente transitó la semana con una operación tendiente a acallar cualquier crítica interna, cualquier reclamo incendiario por la derrota proveniente de actores importantes del tricolor. Ningún gobernador ni alcalde ni candidato al Senado o a San Lázaro expresó más que su calculado silencio. Desde Los Pinos se les recordó a todos los que hiciera falta que el Gobierno sale en diciembre y que todavía tiene extrema influencia sobre la PGR, el Cisen y la Policía Federal. Y no es el momento para mostrar problemas de conducta. 

El pasado miércoles luego de conversar con José Antonio Meade emprendió una serie de llamadas con los secretarios de su gabinete. La consigna: hasta que él no lo ordene no hay transición con el staff de Morena.  El orden de ese traspaso se estructurará en Los Pinos y se irá informando a cada dependencia sobre los pasos a seguir y los documentos a entregar. Aclaraciones que fueron precisas luego de que algunos secretarios tuvieran la actitud emprendedora de ir a buscar a los colaboradores de Alfonso Romo para "ponerse a disposición".

El control interno de la transición lo lleva a Peña a recluirse este fin de semana para imaginar posibles cambios en su gabinete. El presidente podría o bien cambiar de funcionarios o bien incorporar algún coordinador que supervise la información que los secretarios entregan a Morena. Algunos nombres que generan dudas: Alfonso Navarrete Prida, Rosario Robles, Eviel Pérez, Arely Gómez y José Narro. También se habla de directores de Pemex con algún tipo de actitud que no sería lo ideal.

Lo de Robles y Pérez se entiende porque son dependencias que gastaron millones de pesos en la campaña (Sedatu y Sedesol) y además Robles tiene una relación de fricciones con el poder central y los itamitas.

Navarrete Prida por su parte está desaparecido desde el lunes a la mañana cuando mandó un comunicado sobre las elecciones y suspendió reuniones por temas de seguridad en un giro que irritó al presidente obsesionado con un traspaso que inspire normalidad.