EU

Susan Collins, la senadora republicana que es la última esperanza de los demócratas

La única que podría frenar el nombramiento de un ministro de la Corte ultraconservador que derribe el derecho al aborto.

 El retiro del ministro de la Suprema Corte Anthony Kennedy la semana pasada puso en estado de alerta máxima tanto a los demócratas como a los republicanos. A diferencia de lo que ocurre en México, en EU el cargo de ministro de la Corte es de por vida, y quien sea nombrado probablemente ocupará el sitio durante los próximos 30 años o más, marcando por dos generaciones el curso de las decisiones más importantes del país. En este momento los republicanos cuentan con 51 votos en el Senado, lo que les permite confirmar al ministro sin apoyo de los demócratas, esto gracias a que el año pasado el líder republicano Mitch McConnell dinamitó una regla que parlamentaria que le permitía a la minoría del Senado detener el nombramiento de manera indefinida. De hecho, fue esa regla la que usó el mismo McConnell hace dos años para sabotear la nominación de Barack Obama, el juez Merrick Garland, efectivamente robando ese puesto en la Corte para regalárselo a Trump. Un acto que hasta hoy los demócratas no le han perdonado. Sin embargo, hay una esperanza para los progresistas de EU: la senadora republicana Susan Collins.

La senadora de Maine ha asegurado que no votará a favor de ningún nominado "que vaya a revocar Roe v. Wade", la histórica decisión de la Suprema Corte que en 1973 abrió la puerta a la despenalización del aborto en EU a nivel nacional. Docenas de estados conservadores han pasado leyes penalizando el aborto en los últimos años. En el momento en que Roe v. Wade sea revocado por una mayoría conservadora en la Corte, dichas leyes entrarán en vigor de la noche a la mañana, haciendo ilegal el aborto en más de la mitad del territorio estadounidense.

Se trata de un objetivo de los republicanos desde hace décadas; uno que han sabido vender a sus bases, de ahí que en 2016 cientos de miles de republicanos evangélicos antitrumpianos votaron por Trump, por la promesa de conquistar la Corte y revocar el histórico fallo.

Collins fue una de dos senadoras republicanas que junto con el senador John McCain frenaron el último esfuerzo de Trump por revocar el año pasado el sistema de salud creado por Barack Obama. Collins usó la misma lógica: su promesa de no atentar jamás contra el derecho de las mujeres de elegir sobre sus cuerpos. La ley republicana que pretendía reformar el sistema de salud eliminaba miles de millones de dólares para las clínicas de control natal.

Sin embargo, en diciembre Collins flaqueó. En un principio había prometido no votar a favor de la reforma fiscal por los mismos motivos. La reforma atentó contra el presupuesto del sistema de salud y finalmente recortó mucho dinero para el control natal, lo que puso en peligro a millones de mujeres en EU. Collins cayó en la trampa de Mitch McConnell, el experimentado líder de los republicanos en el Senado, quien supuestamente le hizo creer que si votaba con el partido McConnell accedería a llevar a votación legislación que estabilizaría el presupuesto del sistema de salud. Por supuesto McConnell no cumplió con su palabra y Collins perdió credibilidad ante los demócratas.

El problema para Collins es que Maine es un estado moderado en el que Trump perdió en 2016. Clinton se llevó el triunfo con 47.83% de las preferencias, mientras que el presidente obtuvo 44.87. Sin embargo, la senadora no tendrá que luchar por la reelección sino hasta el años 2020, lo que la hace inmune a los ataques de los demócratas, pero también la hacen inmune a los ataques de Donald Trump, quien acostumbra despotricar públicamente contra los legisladores que osen oponerse, sin importar el partido.

De acuerdo con un reporte de Fox News, Trump ya terminó con el proceso de entrevistas para elegir al nuevo ministro, y la posibilidad se reduce a dos nombres: Brett Kavanaugh y Raymond Kethledge. Es abiertamente sabido que Trump escogió de una lista de una veintena de potenciales ministros que ha sido cuidadosamente curada por el partido, por lo que es prácticamente un hecho que cualquier ministro que salga de esa lista estará dispuesto a acabar con Roe v. Wade y otros fallos progresistas. Está por verse si Collins se atreve a desafiar a su partido y presionar por un ministro más centrista.