Yunes no atiende el teléfono y dice que la PGR le hizo perder la elección por no atrapar a Karime
El viernes previo a la elección hubo un encuentro con algunos aportantes de la campaña de Miguel Ángel Yunes Marquez. Fue en Boca del Río, municipio costero controlado por el panismo. En esa cita el actual gobernador Miguel Ángel Yunes estimó que su hijo iba a ganar la contienda del pasado domingo por 8 puntos.
"¿Ya tiene calculado el efecto AMLO por si este fuera a arrasar?, ¿Lo ha medido", le pregunto un empresario ligado al transporte. "Está calculado, no hay riesgo, el próximo martes los espero en mi casa para una cena de festejo y para hablar de lo que viene". Así los despedía el gobernador cuyo mundo acaba de dar un giro rotundo. Morena ganó Veracruz.
Algunos de los convocados a la reunión del pasado viernes lo intentaron ubicar pero sin suerte. Le mandaron decir que el gobernador "no está disponible" y que no estaría atendiendo ni a sus hijos. La derrota fue un trago amargo para quien gustara de confrontar directamente contra AMLO.
LPO pudo conocer incluso que el pasado domingo, en las primeras horas del recuento, Yunes estaba convencido del triunfo porque decía que había acordado con sectores del PRI para que, ya sin chances, jugaran a su favor.
La situación del comando electoral era, según quienes allí estuvieron, directamente hilarante porque mientras los votos no llegaban, Yunes ya hablaba con otros gobernadores de su Partido sobre la sucesión de Ricardo Anaya, a quien hacía pocos días le había cortado el financiamiento de su aventura presidencial.
El gobernador imaginaba un escenario en el cual desde Veracruz (cuarto estado más importante) lograba controlar el panismo para en seis años candidatear a su hijo gobernador a la presidencia. Nada ocurrió como esperaba y ahora vive momentos de zozobra porque se perfila una muy dura convivencia entre su hijo alcalde de Veracruz y el flamante gobernador Cuitlahuac.
En la madrugada del lunes Yunes justificaba la nula ventaja diciendo que la PGR lo había perjudicado al no atrapar a Karime Macías en Londres y traerla al país en el último tramo de la campaña. Al parecer, para Yunes esto pesaba más en el electorado que una situación de inseguridad desbordante como la que se vive en la entidad que por ahora gobierna.