Encuesta: el 42% de los estadounidenses quieren enjuiciar a Trump
Donald Trump es el presidente más impopular en la historia. Comparado con los 12 que le anteceden, empezando Con Harry S. Truman y terminando con Barack Obama, ninguno tenía números más altos de rechazo a sus 519 días de administración. Hoy, de acuerdo con la encuesta de encuestas armada por el portal especialista en medición FiveThirtyEight, a Trump lo reprueban el 51.6% de los estadounidenses, mientras que sólo el 42.4% cree que está haciendo un buen trabajo. El promedio de sus antecesores para este momento de sus presidencias es de 58% de aprobación.
Por si fuera poco, de acuerdo con una encuesta publicada esta mañana por CNN, el 42% de los estadounidenses apoyan un juicio político para remover al presidente de su cargo. Números que, resalta la cadena de noticias, son similares a los que exigían la salida de Nixon en 1974, meses antes de que se viera forzado a renunciar ante la amenaza de un juicio en el Congreso.
Según la Constitución, un juicio político para remover al presidente debe ocurrir cuando exista "traición, sobornos u otros crímenes graves y fechorías". A pesar de lo que ha declarado en diferentes ocasiones, de ser enjuiciado mediante este proceso Trump no podría emitir un auto-perdón presidencial. Así lo establece la Constitución.
El liderazgo demócrata, sin embargo, se ha resistido a empujar el tema, no sólo en el pleno del Congreso, donde uno legislador texano ha intentado hacerlo, incluso en los eventos de campaña. Los demócratas lo ven como un objetivo casi inalcanzable que sólo sirve para polarizar aún más electorado.
El cálculo no está equivocado. Entre los votantes republicanos, el presidente sigue teniendo altos índices de aprobación. De hecho, su popularidad es tal entre los republicanos que es casi un perfecto espejo de lo que ocurre entre la población general: excepto por George W. Bush, Trump es el presidente más popular entre los republicanos con 87% de aprobación. La comparación con Bush además es injusta, pues para este momento en su administración el expresidente estaba liderando a la nación tras la crisis del ataque terrorista del 11/9, tragedia que unificó al pueblo alrededor de su líder.
A pesar de que sólo el 26% de la población de EU se identifica como republicanos, sigue siendo la porción que más le importa al presidente y a los legisladores del partido, por obvias razones. Son quienes podrían echarlos del Congreso, por lo que se niegan a confrontar a su presidente, a quien ven como el portavoz y líder del partido.