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Petróleo: Estados Unidos ya es el contrapeso de la OPEP para influir en precios internacionales

La revolución del fracking y la estrategia de Trump impulsan el boom de la producción estadounidense.

 Hace más de 20 años  la OPEP se fundó hacer contrapeso al poderío de Estados Unidos y se volvió referencia fundamental para los precios del petróleo. Pero en los últimos años, la creciente producción estadounidense está volviendo a tomar su terreno y a disputar esa influencia de los países árabes. 

Desde su nacimiento, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tuvo entre sus objetivos principales la estabilización racional de los precios del petróleo, ¿cómo lo hace? a través d fijar cuotas de producción entre los países que lo integran -conformado por naciones como Angola, Arabia Saudita, Argelia, Catar, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Guinea Ecuatorial, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria y Venezuela-.

El impacto que tienen sus decisiones es evidente. Las fracturas internas que esta organización mostraba hace cuatro años fueron uno de los factores de la caída del precio del petróleo a más del 50%. Aunque también se explica por el fortalecimiento del dólar y el crecimiento de la producción estadounidense.

La fortaleza de la producción del país vecino  no disminuyó y comenzó a posicionarse a la cabeza de los grandes productores mundiales. El papel determinante de la OPEP está perdiendo fuerza.

El analista Arturo Carranza recuerda que también la Agencia Internacional de Energía y los países que la integran (al que recientemente entró México), juegan también un papel determinante. Lo cierto es que, a diferencia de la OPEP, ellos no establecen cuotas de producción.

Existe controversia actual de qué tanto es el peso del país que hoy gobierna Donald Trump. Para Carranza, más bien es de contrapeso, mientras que el consultor Ramsés Pech, considera que ya controla el precio del petróleo.

El crecimiento de EU en este sector viene desde la revolución del shale gas, que empezó en 2008 y no ha parado, al grado que las expectativas de consultorías prestigiosas como Rystad Energy, consideraron que este año sería el principal productor del planeta -desplazando a Rusia y a Arabia Saudita.

En su opinión, el fracking ha convertido al país norteamericano en una potencia energética y que va acorde a los planes de Trump, que ha prometido acelerarlo a través de una menor regulación -desahogar la burocracia-. El presidente estadounidense ha referido incluso que será una era "dominio de la energía estadounidense".

Por su parte, la Administración de Información sobre Energía en su última proyección estimó que la producción de crudo de Estados Unidos aumentaría a un promedio de 10 millones de barriles por día en 2018.

Con estas cifras, también coincidió: "Estados Unidos se afianzará como el principal productor de petróleo y gas del mundo en las dos décadas hasta 2040, incluso en un contexto de bajos precios".