Voto 2018

Los gobernadores del PRI ya miden fuerzas para controlar el partido después de la elección

Creen que si la campaña de Meade no remonta, el control recaerá en su manos. El tanteo con los liderazgos históricos.

 Los sondeos siguen arrojando los mismos números desde hace seis meses, todo un síntoma de que José Antonio Meade no logró permear más allá del voto duro o estructural del tricolor, como imaginaban en Los Pinos. Esa situación ya generó movimientos al interior del partido, que busca imaginar un futuro después de 2018.

En el círculo rojo se debate desde hace un tiempo cómo quedará el PRI en caso de obtener un tercer puesto en la elección. Existe un antecedente: también en 2006 Roberto Madrazo obtuvo esa posición, pero con una diferencia sustancial en la cantidad de gubernaturas que ostentaba entonces el tricolor. En ese momento, casi 20 mandatarios respondían al PRI, ahora podrían quedar sólo 12. Ni hablar de la merma que podría haber en alcaldías.

Algunos insisten en hablar de una refundación total del PRI, con cambio de nombre y logo, versiones que también se manejaban en 2006. Los históricos operadores del tricolor saben que lo único certero es que el poder recaería sobre los gobernadores, que ya empiezan a medirse para la renovación de autoridades.

La vieja guardia del tricolor quiere imponer una primera certeza: con Meade en tercer puesto, se habrá terminado la hegemonía itamita en el partido. Pero, ¿quién tomará ese hierro caliente? Ya se vislumbran al menos cuatro grupos.

Detrás de René Juárez y Omar Fayad, aparece Miguel Ángel Osorio Chong, que buscar reconstruir su poder desde la coordinación de la bancada en el Senador. El ex titular de la Segob ya avisó que muchos del PES podrían saltar a la oposición una vez que se termine la disputa presidencial.

Nadie descarta la mano de Manlio Fabio Beltrones, que tiene en Claudia Pavlovich a una representante en la disputa del partido. Lo mismo ocurre con Ivonne Ortega, que sueña con mantener Yucatán. Y Rubén Moreira hace lo propio con Miguel Riquelme.

Por supuesto, los resultados en cada uno de los terruños serán definitorios. A la fecha, en Hidalgo habrá un resultado cerrado con Morena, lo mismo ocurre con Sonora. Yucatán e incluso Estado de México.

Con esos números, que por supuesto deberán plasmarse en la elección del 1ro de julio, se ilusiona Alito Moreno, de Campeche, quizás una de las pocas entidades donde el PRI podría sacar una diferencia abultada.