La OCDE dice que México alcanzaría el 3% de crecimiento en 2019 si se continúa con reformas
Optimista, la OCDE proyecta que la economía podrá tener un mejor avance del que había pensado en su último diagnóstico de noviembre. A favor, el país contará en este y el próximo año con una demanda interna fortalecida y una inflación descendente, de acuerdo con el organismo internacional, que no considera el impacto electoral.
Así, el pronóstico de esta organización cuyo secretario general es José Ángel Gurría, calcula que al cierre de este año el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá 2.56%, mientras que para 2019 el avance sería de 2.8%, una proyección sustancialmente mayor desde la anterior, que era de 2.3%.
No obstante, anticipa una mayor inflación. Por ejemplo, para este año cree el Índice Nacional de Precios al Consumidor cerrará en 4.4%, un poco más lejano a las proyecciones del Banxico, que reconoce fuertes riesgos ante el fortalecimiento del dólar y la volatilidad que impera en los mercados por la falta de una conclusión en las negociaciones del TLCAN y el proceso electoral en México.
Sin embargo, opina que si la tendencia del índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y las expectativas de inflación se lo permiten, el Banco de México podría buscar el espacio para reducir su "alta tasa de interés", y con ello favorecer condiciones de crédito e inversión, otorgando un impulso adicional al crecimiento.
De acuerdo con el análisis de la OCDE, un elemento central para que se cumplan estas proyecciones son la continuidad de las reformas: "La ejecución exitosa de las reformas tiene que complementarse en una nueva ola de cambios que fortalezcan el cumplimiento de la ley y mejoren la calidad institucional".
"Las reformas estructurales ya han mostrado efectos visibles en la actividad económica (...) y para contar con los beneficios completos, se tiene que mantener el momento de una exitosa implementación", señaló.
Aunque también advierten retos para la inversión privada como el futuro del TLCAN, además de los altos niveles de violencia, la corrupción, pobreza, inequidad, informalidad y baja productividad.
Este reporte, con mejores perspectivas, no se ciñe solo a México, pues en general, aumentaron las cifras para la práctica totalidad de los grandes países, con excepción de Italia, que en plena crisis política y con el escenario de unas nuevas elecciones a la vuelta de la esquina, ve sus expectativas -que ya eran relativamente mediocres- corregidas a la baja. No obstante, no deja de advertir una posible guerra comercial.