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Malestar de Juárez por fallas en la gira de Meade por Guanajuato

Pleitos personales afectan la campaña en el Bajío. Problemas logísticos. Malestar por refrigerios.

El nuevo dirigente del PRI René Juárez tuvo su primer episodio de malestar desde que asumió en la conducción tricolor. Al parecer, la gira de ayer lunes de José Antonio Meade en Guanajuato tuvo serios problemas de desorganización que expusieron divisiones en una entidad en la cual al Partido siempre le ha costado.

El primer foco de tensión fue que varias figuras del tricolor en la entidad, como la diputada Barbara Botello, ex alcaldesa de León, no quisieron mostrarse con Meade. Lo mismo ocurrió con candidatos a diputados federales y al Senado. El candidato a la gobernatura Gerardo Sánchez directamente dijo que estaba con cuestiones personales.

Esta ausencia se explica, a nivel local, con que Sánchez arrastra históricas broncas con Juárez, que antes de ser dirigente habría intentado vetarlo. También se habla de un episodio desafortunado en un restaurante de Santa Fe, del cual es preferible no dar mayores detalles.

La visita a Guanajuato expuso un claro síntoma de un fenómeno que ya es nacional: los candidatos del PRI alientan a que se vote por Morena con tal de que también se los vote a ellos para diputaciones, senado y alcaldías.  

En el Bajío hubo otros inconvenientes de corte logístico: en esta ocasión, faltaba la gasolina en algunas de las camionetas. Estos problemas son constantes en la campaña: falta de vehículos, falta de pago para lugares donde se ofrecen eventos, llegada tardía de recursos. Falencias que en otros tiempos eran imperdonables para un partido con un experimentado aparato electoral.

A esto se suma otro dato alarmante para la campaña tricolor: en los espectaculares que contratan los candidatos del PRI en casi ninguno aparece el logo del Partido o aparece pequeño y camuflado. Los organizadores locales intentaron que Meade no viera esto pero aún así el candidato se fue molesto.

El corolario habría sido que Meade lleva una dieta muy reducida en grasas -su entorno cuenta que está feliz con los diez kilos que se deshizo- y al momento de los refrigerios todo eran tacos y gorditas acompañados de refrescos en su modalidad refill.