Petroleras

En el sector petrolero creen que Pemex debe salir a la Bolsa pero en el largo plazo

La idea ya fue instalada pero la petrolera aún tiene retos que atender. Ayudaría a mejorar su operación.

Todo empezó por una declaración desde Londres de Juan Zepeda, de la Comisión de Hidrocarburos, de la cual hizo eco Carlos Treviño. La idea de que Pemex cotice en Bolsa emociona a más de uno en el sector, sin embargo, coinciden que no será un camino fácil.

"No hay otra manera (...) No hay otra alternativa para hacer que Pemex tenga éxito", dijo el presidente de la CNH un mes antes del encuentro del director de la petrolera con otros petroleros en Londres, quien empujó la idea: "Debemos movernos en esa dirección tal como lo han hecho muchas (petroleras estatales). Tal vez no en los próximos años. Pero sí, hemos hablado de eso".

La idea sí resulta tentadora, en el mundo petrolero, como pudo constatar La Política Online, sobre todo porque al estar enlistada en el mercado de valores, estaría reglamentada por la ley mercantil y eso generaría mayor transparencia en sus operaciones, por lo que se considera que ayudará mucho a sanear a la empresa productiva del estado.

Pero ¿qué se requiere para que se concrete? En opinión de expertos en diálogo con LPO, hay varios retos que la firma que dirige hoy Treviño tendrá que sortear. En primer lugar, el cambio de Gobierno.

En términos legales, para que Pemex deje de ser una empresa del Estado se debe modificar el artículo 25 de la Constitución, que señala que el gobierno federal es responsable de mantener el control sobre las empresas productivas del Estado, posteriormente una modificación en los estatutos propios de la empresa.

Como toda reforma a la Constitución, es una votación que habría de llevarse en el Congreso y posteriormente ser avalada por el Ejecutivo. En la fotografía actual del escenario electoral, Andrés Manuel López Obrador mantiene el mayor porcentaje de intención de voto, sin embargo, sus pronunciamientos suelen ser críticos a la participación privada en Pemex, por lo que los analistas consideran difícil que él pudiera acceder a capitalizarla, "y quizá Ricardo Anaya tampoco", opina Miriam Grunstein.

Pero este no es el único reto que enfrenta, además se encuentra el de generar un fuerte apetito entre los inversionistas. Ha sido un trabajo que han realizado fuertemente los últimos directivos de Pemex, desde José Antonio González Anaya hasta ahora Treviño, quienes han hecho fuertes cabildeos en el mercado exterior para dar a conocer el desarrollo y los beneficios de la reforma energética.

Precisamente esta semana, el director de Pemex regresó de su gira por Europa. Ahí visitó países como París, Londres y Amsterdam, en donde también prometió la estabilización de la producción de la petrolera.

Juan Carlos Zepeda

Pero Grunstein, prestigiada analista del mundo energético, es crítica al respecto, considerando que en este momento, de salir a Bolsa, sería difícil captar capital. "¿Quién va a querer invertir en una empresa con tal envejecimiento de infraestructura? Todo va en pérdidas, ¿qué le estás ofreciendo al mercado?", señaló.

Otro elemento que debe considerarse es el de los precios del petróleo. Si bien ahora están incrementado, seguimos a la mitad de lo que se registraba en 2014. En ese sentido, Arturo Carranza, analista del sector por parte del Instituto de Administración Pública, expone el caso de Arabia Saudita, está procurando precios internacionales del petróleo altos porque así la OPA que pretende realizar en 2019 va a captar más recursos. "Por eso está cumpliendo las metas del recorte que se planteó en la OPEP. A Pemex también le convendrían precios de petróleo altos".

Para Carranza, el beneficio de que Pemex cotizara en Bolsa le implicaría recibir recursos frescos a cambio de profundizar prácticas de transparencia y rendición de cuentas, sin embargo, considera que el debate debería centrarse en el porcentaje de acciones a colocar en Bolsa.

"Desde mi punto de vista, el gobierno federal debe ser un socio mayoritario porque estoy convencido que Pemex debe continuar siendo palanca de desarrollo", en un cruce de opinión, Grunstein señala que es un riesgo, pues el Gobierno mexicano no tiene una alta credibilidad en el mercado.