Corrupción

Reunión de urgencia en el Senado: El Gobierno tantea un pacto con Anaya para designar Fiscal General

Llamadas de último minuto a senadores para que estén en el pleno. Primera prueba para alianza PRI-PAN.

En las últimas horas de este jueves, Emilio Gamboa organizó una reunión decisiva en el Senado para empezar a encaminar la votación de la ley que reglamenta la Fiscalía General, paso obligatorio para la designación de un fiscal en el periodo extraordinario, maniobra que ya fue anticipada por LPO.

Ya ingresó al Senado un dictamen con leyes secundarias proveniente de la Cámara de Diputados. La idea del bloque del PRI es votar esa ley en la madrugara del viernes con la mayoría de la mitad más uno del pleno. Mecanismo similar que utilizaron para pasar la designación de los dos consejeros del INAI, en ese caso con ayuda de Morena.

En este momento, desde Segob se realiza una maniobra de urgencia para convocar a los senadores del PRI y que estén en sus bancas para votar. El titular del Senado Ernesto Cordero auspicia al jugada igual que los senadores calderonistas.

Si bien organismo empresarios y ONGs ya comienzan a advertir en redes lo excesivamente veloz del proceso, la clave y la tensión pasan por otro punto: esta madrugada y mañana viernes se pondrá a prueba si puede funcionar un entendimiento entre un hombre de referencia para Los Pinos como es Emilio Gamboa y el entorno de Ricardo Anaya.

El proceso en curso es judicial e institucional pero sobretodo es electoral: la decisión sobre el Fiscal puede cristalizar esa alianza PRI y PAN que poderosos sectores del empresariado empezaron a pedir con fuerza desde la noche del domingo, cuando José Antonio Meade no pudo despegar en el debate.

En el bloque de senadores del PAN la idea que flota en el aire es que el Fiscal puede ser la concesión de Anaya para con Enrique Peña Nieto para terminar de firmar una paz que se comenzó a gestar en la campaña del Frente en Edomex. Esa paz tiene articuladores de alto vuelto en hombres como Ruben Moreira, Jorge Castañeda y Santiago Creel. 

Pero desde el Gobierno, como toda las cuestiones centrales, la palabra decisiva es la del canciller Luis Videgaray. Aurelio Nuño y Enrique Ochoa están por ahora marginados de esta operación política. Y es obvio: ellos en parte son responsables de que el Gobierno deba llegar a este recurso de un acuerdo forzado con quien ha destruido todos los puentes.

Como Anaya ha perdido la confianza del círculo primario de Los Pinos, acordar el Fiscal es el único conducto, la única prueba de acuerdo suficientemente importante que puede ofrecer al Presidente en un contexto sumamente complejo, cuando gobernadores del PAN analizan salta hacia la campaña de Meade. El Fiscal es la garantía de que esa frase de que Peña Nieto podría ser enjuiciado está definitivamente en el olvido.

En el Frente las aguas están divididas: cerca de Anaya hay quienes creen que un acuerdo con el PRI terminará de hundir a ambos partidos en la carrera presidencial y Anaya ya no podrá agitar esa bandera tan redituable que es la lucha contra la corrupción y los ataques contra el PRI.

La clave de la definición, como en otras ocasiones, es si el queretano será convencido de que solo con un acuerdo de todos los gobernadores del PRI y del PAN puede darle chance de triunfo. Y especialmente, si el Gobierno tiene a la persona adecuada para concretar ese gran acuerdo y que eso se refleje en las encuestas. Todos los reflectores apuntan a Videgaray, en una tensa madruga que puede definir el futuro de dos candidatos presidenciales.