Debate 2018

Tras un tibio primer debate, Meade ahora busca evitar la fuga de priistas hacia Anaya

El candidato del tricolor no logró dañar a AMLO y sufrió los ataques del aspirante del PAN.

Fue un desempeño muy tibio de José Antonio Meade en el primer debate de candidatos presidenciales. Tuvo acaso su mejor momento cuando comparó a Ricardo Anaya con ex gobernadores presos por corrupción. Pero no parece haber alcanzado para destacarse sobre el resto. Incluso su oponente del Frente pareció más efusivo y decidido a atacar a AMLO, líder de todas las encuesta.

Fuera de esos momentos de creatividad -que también incluyó el confuso desafío a López Obrador de entregarle sus tres departamentos- todo fue excesivamente estandarizado. De hecho, dijo que AMLO tiene tres departamentos en Ciudad de México pero que no los había reportado, cuando la prensa a diario informa sobre casos de corrupción de miles de millones de dólares, claramente una cuestión que ya no permea en el electorado. 

Luego dijo que la familia del tabasqueño vive de las prerrogativas de Morena pero no logró la fuerza para instalar ese tema durante los intercambios entre los candidatos.  Buscó evitar peleas con Margarita Zavala así como con Jaime Rodríguez Calderón, quien sí lo atacó.

Ninguno de los comentarios posteriores atinó a dar a Meade como ganador del debate. Los análisis y editoriales circulan en torno a los embates de Anaya contra AMLO y a las propuestas ocurrentes del Bronco.

En círculo rojo del PRI esperaba que Meade demostrara mayor protagonismo y una mejor ductilidad para atacar a AMLO y Anaya pero la realidad fue muy lejana. Meade inicia hoy lunes otra semana muy dura porque está creciendo en el PRI la necesidad de operar con Anaya como único camino para frenar a Morena.

La semana pasada fue preciso advertir desde Los Pinos a algunos gobernadores del tricolor que habrían conversado con Diego Fernández de Cevallos y Jorge Castañeda.