Aborto

El Papa respaldó a antiabortistas, pero recordó que hay que defender "a los pobres que nacieron"

Cuestionó además que se etiquete con un simple "populista" al compromiso social. ¿La postura de AMLO?

Sus palabras no fueron casuales. Se trata de un debate muy presente en varios países de la región, por supuesto incluido México. La discusión acerca de la legalización del aborto es un tema candente, que en México ha estado presente en las campañas electorales, tanto en la Ciudad de México, como en la pelea presidencial.

Para Andrés Manuel López Obrador, líder de todas las encuestas, es un tema sensible. El líder de Morena evita sistemáticamente una definición alrededor de este debate. "Lo consultaremos con la ciudadanía", responde cada vez que le preguntan si está a favor o en contra de la despenalización federal de la interrupción del embarazo.

Se trata de un aspecto ya regulado en la Ciudad de México, pero que fue embanderado por Marcelo Ebrard, y no por López Obrador. El tabasqueño es acusado -entre referentes de la propia izquierda- como un conservador en temas de derechos a las minorías. Tampoco se expresa en relación al matrimonio igualitario.

Con este marco, el Vaticano difundió un texto del Papa Francisco en el que reafirma su rechazo al aborto, pero también les recuerda a los antiabortistas que hay que defender "a los pobres que han nacido". ¿La postura oculta de AMLO?

En un texto de 177 puntos, titulado "Gaudete et exsultate" ("Alégrense y regocíjense"), el ex arzobispo de Buenos Aires dio a conocer su visión "sobre el llamado a la santidad en el mundo actual".

Allí dedica un pasaje a reafirmar la posición de la Iglesia Católica contra el aborto, pero también deja en claro que la defensa de la vida va más allá de esa discusión y pide un compromiso mayor.

"La defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo", escribió Francisco.

"Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte", agrega en el texto el sumo pontífice.

La alusión del Papa parece una respuesta a las críticas de los sectores más conservadores de la Iglesia, que lo cuestionan por ocuparse de estos temas con más entusiasmo. "No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente".

Como ejemplo, utiliza el tema de los inmigración. "Suele escucharse que, frente al relativismo y a los límites del mundo actual, sería un asunto menor la situación de los migrantes, por ejemplo. Algunos católicos afirman que es un tema secundario al lado de los temas «serios» de la bioética. Que diga algo así un político preocupado por sus éxitos se puede comprender; pero no un cristiano, a quien solo le cabe la actitud de ponerse en los zapatos de ese hermano que arriesga su vida para dar un futuro a sus hijos", escribió.

A esos sectores conservadores de la Iglesia que se le oponen, el Papa les dedicó otro párrafo, en el que considera "nocivo e ideológico el error de quienes viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista". "O lo relativizan como si hubiera otras cosas más importantes o como si solo interesara una determinada ética o una razón que ellos defienden", agregó.

En otro párrafo con un mensaje fuerte dirigido puertas adentro del Vaticano, Francisco arriesga que "muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos". "Esto ocurre cuando algunos grupos cristianos dan excesiva importancia al cumplimiento de determinadas normas propias, costumbres o estilos. De esa manera, se suele reducir y encorsetar el Evangelio, quitándole su sencillez cautivante y su sal", completa.