Intrigas

Furioso por su candidatura fallida, Narro rechaza ir al Senado y cree que Meade sale tercero

Poca presencia en la oficina y comentarios ácidos sobre la campaña. Se refugia en el pozole con Slim.

 Desde diciembre cambiaron los hábitos de José Narro en la Secretaría de Salud. Redujo sus actividades en público, despidió a algunos asesores de corte político y se refugió en las acciones rutinarias. Quienes lo frecuentan aseguran que todavía no procesa el mal trago de no haber sido electo candidato presidencial del PRI.

"Lo entusiasmaron en exceso, sus amigos del pozole (Carlos) Slim y (Carlos) Marín le dijeron que llevaba las de ganar, que podía pelearle el voto a Morena  y al final fue Meade", cuentan en su entorno donde además alegan que la candidatura fallida acrecentó su mal genio.

Cree que la campaña de Meade no remonta y que está mal planificada. "Se manejan bajo el precepto de que hay un voto duro del PRI de 24 puntos y eso ya se lo cree sólo Ochoa, miren lo que pasó en Edomex", habría soltado la semana pasada ante su equipo.

Lo cierto es que para los entornistas de Los Pinos, Narro nunca fue una opción demasiado real. Un hombre sin fuertes negativos pero muy desconocido y con poca capacidad de cambio para una campaña en extremo compleja. Además, tampoco cayó bien que le propusieran jugar en CDMX y se mostrará reticente. Luego Eruviel lo vetaría para esa carrera.

El último episodio que refleja la tensión actual es que a Narro lo mandaron al primer informe de gobierno de Javier Corral en Chihuahua. Narro no quería ir.  Fue una semana antes de que explotara el conflicto por los recursos con Hacienda.

Cuando le hablan de una candidatura al Senado como pluri dice que eso le interesa poco y que prefiere hacer un buen cierre en la Secretaría. Algo curioso si se considera la hora a la que está llegando a su despacho desde que arrancó el año.