Cataluña

Los aliados de Puigdemont le piden que se aparte para salvar la independencia

La crisis catalana se agravó con los mensajes de Puigdemont en los que admite que el proceso fracasó.

El proceso secesionista de Cataluña entró definitivamente en crisis con la filtración de unos mensajes de Carles Puigdemont en los que admite el triunfo del plan de Mariano Rajoy y la imposibilidad de avanzar con la independencia. La admisión dio lugar a sus socios (con los que mantiene una relación de tensión) a reclamarle que dé un paso al costado para salvar el proceso.

"Esto se ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado. Al menos a mí", escribió Puigdemont a un diputado catalán, en una serie de mensajes filtrados por la televisión de Madrid. "El plan de La Moncloa triunfa. Sólo espero que sea verdad que gracias a eso todos puedan salir de la prisión, porque sino el ridículo será histórico", dice en otro de los chats.

Poco después, el exiliado líder catalán admitió que escribió los textos. "Soy humano y hay veces que también dudo", señaló, antes de aclarar que no resignará su intención de volver a gobernar Cataluña: "Soy el presidente y no me arrugaré ni me echaré atrás, por respeto, aprecio y compromiso con los ciudadanos y el país. ¡Seguimos!".

Pero el tema ya había estallado y le sirvió a Madrid y a la oposición catalana para salir en fila a pedirle a Puigdemont que abandone su intento de volver a su asumir la presidencia (luego de que la Justicia le denegara la posibilidad de hacerlo a la distancia, ya que no puede regresar a España porque sería detenido), lo que daría lugar a un opción más moderada o un nuevo llamado a elecciones.

Sin embargo, en las propias filas independentistas aprovecharon para tratar de sacar provecho y le exigen a Puigdemont que acepte la investidura de otro dirigente afín a la causa. Es que tanto el ex presidente como sus partidarios de Junts x Cataluña (JxC) han reiterado que no aceptarán otra opción.

Pero sus hasta ahora socios de la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) empiezan a plantear la necesidad de un plan B. Desde la cárcel, el ex vicepresidente Oriol Junqueras (quien también es diputado electo aunque no pudo asumir) propuso "combinar una presidencia legítima, aunque simbólica, con una ejecutiva". Para evitar agrandar el cortocircuito Junqueras se autoexcluyó al afirmar que tampoco podría ser presidente desde la cárcel: "La prisión tiene muchas limitaciones".

En el ERC insisten en que respetan la candidatura de Puigdemont (cuyo partido logró más escaños en diciembre) aunque ya no ocultan la intención de buscar alternativas.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, que el martes decidió aplazar la sesión en la que se investiría a Puigdemont, lo que desató una fuerte protesta de JxC, le pidió hoy "generosidad" para salvar el proceso independentista.

"Cuando hemos sido más generosos es evidente que es cuando hemos ido mejor. Avanzaremos si somos capaces de ser lo más generosos posible", dijo de acuerdo a La Vanguardia. Poco antes volvió a aclarar que Puigdemont "es y será el candidato a la investidura" aunque dijo que no convocará a una sesión hasta que no haya garantías de que podrá asumir.

En el mismo sentido se expresó el portavoz adjunto de ERC en el Parlament, Gabriel Rufián, quien pidió "generosidad por parte de todos". "Es muy importante salvar y defender la investidura pero es aún más importante salvar la legislatura, y aún más la república", dijo.

Mientras tanto, el Gobierno de Mariano Rajoy presiona para que se convoque a una nueva sesión de investidura (bajo la amenaza de que si se proclama a Puigdemont o algún otro procesado, los diputados podrían ser acusados de desacato), caso contrario podrían volver a llamar a elecciones.

Rajoy intentaría salvar así su fracaso de diciembre cuando apuró unas elecciones en las que terminó perdiendo tras disolver la autonomía catalana.