Casa Blanca

Trump, irritado con Kelly, estaría considerando un cambio

El presidente lleva días golpeando a su jefe de gabinete; siente que no lo respeta.

 Cuando los medios cuestionaban el estatus de Reince Priebus al interior de la administración, durante meses Trump insistió que su primer jefe de gabinete estaba haciendo un trabajo estupendo. Cuando finalmente fue despedido seis meses después de la toma de posesión a nadie sorprendió la salida. Priebus, un operador electoral de medio pelo en el Partido Republicano, fue incapaz de domar las personalidades de Steve Bannon y Jared Kushner, quienes operaban a su gusto, dejando a la administración con tres jefes de gabinete, dos no oficiales y poderosos, y uno oficial sin influencia ante el presidente. La llegada de John Kelly cambió el caos narrado en el libro Fire and Fury por una especie de orden, para los estándares trumpianos, por lo menos. Aunque es virtualmente imposible controlar los impulsos de Trump, Kelly sí logró meter en cintura al staff del presidente y evitar que cualquier funcionario pudiera susurrar al oído del mandatario e influenciar la agenda nacional.

Las estrictas medidas que ha impuesto el jefe de gabinete han llegado a irritar a Trump, que es una persona que no aprecia sentirse bajo el control de nada más que sus deseos, pero el presidente entiende que el régimen de Kelly mantiene el gobierno a flote y libre de filtraciones y peleas internas. Kelly vigila con celo quién tiene acceso al presidente, y también qué pueden o no discutir con él. Por ejemplo, de acuerdo con fuentes al interior de la Casa Blanca, Kelly no permite que los miembros del gabinete opinen sobre temas de la agenda nacional que no tengan que ver con la cartera de manejan, como ocurría con frecuencia al inicio de la administración.

"El presidente cada vez más siente que John Kelly está tratando de rebajarlo. Siente que no lo respeta", dijo la Kaitlan Collins, corresponsal de CNN en la Casa Blanca

A pesar de que el mandatario ha aceptado la dirección interna de Kelly, parece que con el paso de los meses el general retirado cometió uno de los pecados capitales en la órbita presidencial: humillarlo públicamente. O por lo menos eso es lo que Trump piensa, de acuerdo con reportes de la CNN y otros medios.

"El presidente cada vez más siente que John Kelly está tratando de rebajarlo. Siente que no lo respeta", dijo la Kaitlan Collins, corresponsal de CNN en la Casa Blanca. De acuerdo con fuentes consultadas por Collins al interior de la residencia oficial, de eso se trató la rueda de prensa improvisada el miércoles pasado en la que Trump reveló que ofrecería un camino a la ciudadanía para los dreamers.

La corresponsal dijo además que, de acuerdo con sus fuentes, el presidente siente que "Kelly está protegiendo al país de [las acciones] de Trump".

El enojo del presidente habría nacido de un comentario que Kelly hizo durante una reunión con legisladores demócratas en la que sugirió que durante la campaña presidencial Trump estaba "mal informado" sobre el asunto migratorio y la necesidad de construir un muro. Poco después, el jefe de gabinete apareció en Fox News y, en un posible intento por suavizar sus comentarios durante la reunión con los legisladores, matizó y dijo que Trump había "evolucionado", comentario que también irritó al presidente. Ese mismo día Trump tuiteó que "el Muro es el Muro, nunca ha cambiado ni evolucionado desde el primer día que lo concebí".

El miércoles Trump irrumpió en la oficina de Kelly cuando se enteró que había una veintena de reporteros esperando a ser informados por el jefe de gabinete sobre la evolución del asunto con los dreamers. Un funcionario de la presidencia informó al New York Times que efectivamente la irrupción había sido un golpe contra Kelly, cuya reunión con los reporteros sería off the record. Con la muy pública irrupción del presidente esa opción desapareció. También se rumora que esa fue la razón por la que Kelly no fue a Davos con el presidente el jueves y viernes.