Finanzas

Carstens quiere regular el Bitcoin y desde Suiza construir su candidatura al FMI

Primer reunión del Banco de Pagos Internacionales. El nerviosismo del sistema frente a criptomonedas.

Según se comenta en el ambiente financiero local, en sus primeras reuniones al frente del Banco de Pagos Internacionales en Suiza, Agustín Carstens solo habla de un tema central: cómo evitar que las criptomonedas se transformen en una megaburbuja que derrumbe el sistema financiero internacional. De hecho, sobre este tema será el primer plenario de la entidad en Basilea, a fines de enero.

Según se cuenta, será una reunión de máxima reserva a la cual asistirán los gobernadores de los principales bancos centrales, entre ellos claro, Alejandro Díaz de León. No habrá prensa y casi no habrá comunicados sobre lo que allí se converse, en parte para evitar meniobras especulativas.

Carstens es un escéptico sobre el futuro de las criptomonedas y no se deja llevar por el furor que ha despertado el Bitcoin. "No son monedas de curso legal, no están respaldadas por ningún estado, si un jugador fuerte pierde interés se desploma y habrá daños billonarios", suele mencionar el ex gobernador del Banxico.

Y es que los problemas van desde el usuario hasta la economía en general. Para el usuario se vislumbran dos riesgos: hacer líquido el activo virtual y que la institución honre la operación llevada a cabo.  Para quien tiene Bitcoins puede ser difícil realizar las ganancias y convertirlos a dólares, además de que muy seguramente está atravesando por una burbuja especulativa.

Para la economía en general los riesgos son muchos ya que podría perderse la efectividad de la política monetaria y hasta se tiene la posibilidad de un efecto sistémico por una crisis en el mercado de las tecnologías financieras.

Las tecnologías financieras no se rigen por el costo del dinero en el tiempo, la tasa de interés del mercado, y por lo tanto su monto fluctúa en respuesta a determinantes que nada tienen que ver con la economía de un país o con los objetivos de política monetaria de los bancos centrales del mundo.

El objetivo final de Carstens es, desde esta regulación, volver a cimentar su camino para dirigir el FMI en reemplazo de Christine Legarde. La francesa lo derrotó en su última aspiración por muy poco y ahora el itamita tiene una plataforma poderosa para buscar su máxima aspiración.