Inflación

Crecen las diferencias entre Hacienda y el Banxico por el aumento de tasas

"Díaz de León es un buen amigo mío, pero tenemos puntos de vista distintos", dijo el secretario.

Finalmente ocurrió lo que se venía esperando hace meses: el Banxico decidió aumentar en veinticinco puntos básicos la tasa de interés ante el aumento también predecible de las tasa de la Reserva Federal.

Carlos Rodríguez, jefe de las oficinas en México de Bloomberg fue entrevistado sobre el tema. "Es claro que los policy makers de México sintieron cierta presión al ver que la inflación subía más de los esperado", afirmó el especialista.

Según Rodríguez se espera que los efectos inflacionarios del gasolinazo se vayan neutralizando con el tiempo, convergiendo la tasa de inflación para el 2018 en un 3% o, como lo establecen proyecciones efectuadas por el Banxico, en un 3,8%. Asimismo comentó que habrá que ver cuáles serán los efectos de una posible disolución del TLCAN sobre la moneda.

En este sentido, el ministro de Hacienda, González Anaya, también compartió la opinión expresada por el analista afirmando, en una entrevista con la misma agencia, que el aumento de la tasa respondió a que "la inflación está más alta de lo que se esperaba debido a dos ajustes: el del precio de la gasolina y el del tipo de cambio". Asimismo, afirmó que en cuanto la inflación converja entre un 3% y un 4% la situación se normalizaría y se podrá bajar la tasa.

Anaya no disimuló sus desacuerdos con el Banxico: "Díaz de León es un buen amigo y ambos queremos mejorar la situación. Pero su prioridad es la inflación y la nuestra la salud de la economía".

Sin embargo, Anaya no disimuló sus desacuerdos con la posición del Banxico, una tensión que viene de las épocas en que José Antonio Meade estaba en Hacienda y Agustín Carstens en el Banco de Mexico.

"Diaz de Leon es un buen amigo mío y hablamos de cuáles son las mejores medidas para la economía. Ambos queremos mejorar la situación. Por supuesto, tenemos puntos de vista distintos. Su prioridad es la inflación y la nuestra la salud de la economía", puntualizó el secretario de Hacienda.

Durante la entrevista el periodista recordó que, pese al superávit fiscal, la economía creció menos de los esperado, por lo que preguntó si ello no era motivo para expandir la política monetaria y fiscal. Además le recordó que tradicionalmente los gobiernos mexicanos suelen gastar más en períodos de elecciones.

Sobre este cuestionamiento Anaya negó rotundamente que la Secretaria de Hacienda haga políticas electorales y volvió a insistir sobre una proyección de crecimiento del 2,2% pese a que el Banxico mantiene proyecciones más conservadoras.

Esto último genera una paradoja ya que, si efectivamente se continuará con políticas de austeridad y altas tasas de interés, resulta difícil imaginar que se cumpla la tasa de crecimiento proyectada.

"Es bastante obvio que Anaya no puede salir a decir al aire que piensa implementar un estímulo fiscal por motivos electorales. Iría en detrimento de la imagen de seriedad que han construido entre los inversores. Pero el hecho de que estén dando por sentado una tasa de crecimiento y una inflación mayor que la que proyecta el Banxico da la pauta que algo tienen en mente", señaló un portfolio manager de un fondo de inversión a LPO.

"La necesidad de ganar las elecciones y la obsesión de mantener tranquilos a los inversores van en direcciones opuestas de política económica. Este es un gobierno pro mercado pero para mantenerse en el poder hay que ganar votos mejorando la economía", agregó.

En cuanto a la devaluación del peso producida por las negociaciones del TLCAN y su efecto sobre el tipo de cambio, Anaya minimizó ese posible efecto.

"Cuando estaba en Pemex me recomendaban no hablar sobre el precio del petróleo y ahora sigo el mismo consejo con el tipo de cambio: no pretendo afirmar si está subvaluado o sobrevaluado. El tipo de cambio es lo que es y debemos tomar las medidas correspondientes. Vuelvo insistir con las sólidas políticas fiscales, monetarias y financieras. El tipo de cambio se ajustara al nivel adecuado. Estamos comprometidos con un tipo de cambio flexible ya que los regímenes de cambio fijo no nos han traído buenos resultados", destacó.

En esta línea, el economista Carlos Rodríguez analizó los posibles impactos electorales de la presión sobre el peso: "La tendencia devaluatoria del peso estará en la cabeza de los mexicanos a la hora de votar ya que muchos no han olvidado la crisis que tuvo lugar hace una década".