Gasolinas

Pemex renueva franquicias pero deja fuera el combate a robo de combustible

Las irregularidades en los expendedores siguen como la principal queja de los consumidores.

La nueva estrategia de Pemex por renovar sus franquicias tiene por finalidad atraer nuevos clientes que quieran distribuir su marca en un mercado que se está abriendo a la competencia, sin embargo, el problema nodal para los usuarios quedó relegado de los anuncios: el robo de gasolinas en las estaciones de servicios.

El hecho de que los clientes paguen por la gasolina que reciben y que la medición sea correcta es la queja principal junto con el elevado precio de los combustibles. Pero es un problema para la misma empresa y sus franquiciatarios. Sin embargo el tema no se tocó en el evento organizado por la petrolera que dirige actualmente José Antonio González Anaya.

Ante sus clientes, el directivo presentó su nuevo modelo de negocios para sus franquicias, con el objetivo de poder atraer más socios. A ellos se les ofreció contratos de franquicia más sencillos y explorar mejores utilidades en los servicios.

¿Pero por qué dejar fuera un tema tan importante? Para el especialista Arturo Carranza, analista del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), es importante recordar que esta es una tarea que corresponde más bien a los reguladores. Y precisamente uno de los temas centrales en el discurso de Anaya al presentar este nuevo plan de renovación, era insistir en que por años, la petrolera actuó como regulador y ahora ofrece más bien un acompañamiento. "Ahora ya existen reguladores como la CRE", recordó en algún punto Anaya.

Pero Pemex por ahora no anuncia mecanismo de control que involucren a la CRE, el SAT y la Profeco. Fuentes del sector comentan a LPO que esto es lo que generará una clara desventaja cuando el mercado de gasolineras ya funcione con nuevos competidores cuya primera promesa es controlar sus expendedores, algo que sucede en Petro Seven y Oxxo Gas.

Para atender la problemática, existen dos acciones: Una es identificar entre el volumen de compras que hacen las estaciones de servicio y el volumen que veden. Este es una acción que corresponde a la petrolera y que en opinión de Carranza, se hace "eficientemente". El otro es la auditoria que realiza el SAT a las estaciones de servicio que venden más de lo que compran -y supone por tanto que son gasolinas adulteradas-.

Pero el principal problema del robo de gasolinas, insiste Carranza, proviene del robo a ductos y eso es un tema que se combate a nivel de autoridad federal y local. Es un tema que afecta a todos los participantes y que juega un factor primordial entre los inversionistas.