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Padierna ahora pide que cambien el género en Milpa Alta para recuperar la Cuauhtémoc

Las tres jugadas del bejaranismo para quedarse con su bastión en la Ciudad. El factor Manuel Oropeza.

El arribo de René Bejarano a Morena no ha sido fácil. Ya lo sabía "el Profe". Como otros actores perredistas que se mudaron al partido de Andrés Manuel López Obrador, la disminución y el acorralamiento de unas tribus sobre otras empujó al ex líder de Izquierda Democrática Nacional (IDN) a llevar su capital político con su antiguo jefe y aliado.

El bastión del bejaranismo no es otro que la Ciudad de México, sitio donde ha sabido vencer la prueba del tiempo y hasta se ha robustecido. Mención aparte merece la delegación Cuauhtémoc, donde el Profe vive y donde su esposa fue jefa delegacional. El corazón de Bejarano late por esta demarcación, y los deseos de que regrese a sus manos no han disminuido.

Tras el disparo al pie que se dio Ricardo Monreal, la dirigencia chilanga de Morena descartó a sus operadores de la terna para competir por el partido en su propia demarcación. Como reveló esta redacción, el más aventajado del monrealismo (el diputado Néstor Núñez) salió a buscar a Claudia Sheinbaum cuando notó que la ambigüedad de su jefe lo dejaría como al perro de las dos tortas. 

El movimiento no pareció tener mayor efecto en el nebuloso futuro del legislador local de Morena. Habrá que esperar para ver qué negociará ahora Monreal con López Obrador, en sus pláticas ultra privadas.

En ese contexto, Alfonso Suárez del Real pasó a encabezar la lista de favoritos, por lo que de un momento a otro aumentaron los chances para que el operador de Martí Batres se coronara con la preciada delegación. Sin embargo, un hecho llamó la atención de este sector chilango de la oposición: el nombre de Manuel Oropeza fue incluido por el CEN de Morena en la lista de aspirantes a la candidatura por la delegación Cuauhtémoc.

Tampoco fue una sorpresa rotunda. Acaso sería parte del pacto al que llegaron López Obrador y Bejarano, se dijeron todos. Pero ahí no termina la definición de la candidatura que más suspenso genera en la Ciudad. LPO pudo saber el juego a tres bandas del ex líder de IDN.

Según esta información, la senadora Dolores Padierna buscaría ella misma encabezar la lista de Morena en la demarcación. Para ello, ha hecho uso de un recurso que los dirigentes estatales morenistas no pueden dejar pasar así como así: la paridad de género.

De acuerdo con la Ley Electoral de la Ciudad de México, los partidos políticos deben postular a 8 hombres y a 8 mujeres en las 16 demarcaciones capitalinas. Y no sólo eso. Para evitar que las mujeres sean nominadas en las delegaciones con menores posibilidades de triunfo, la ley establece que premie este criterio en las 5 delegaciones más competitivas de los partidos. 

Es decir, Morena no estaría cumpliendo con ese aspecto y deberá considerar que en alguna de sus delegaciones gobernadas -Azcapotzalco, Xochimilco, Tláhuac o Cuauhtémoc (Tlalpan sí será una candidata mujer)- debería cambiar el género de su postulante. A ello le apuesta la lideresa bejaranista, quien pide que la incluyan en la terna haciendo un enroque de género con la delegación Milpa Alta.

Esta sería la primera apuesta de René Bejarano parta recuperar Cuauhtémoc. Que en Milpa Alta las aspirantes Judith Vanegas, Norma Martínez Laguna y María Ludivina Vargas den paso a tres aspirantes hombres, para que de entre ellos salga un candidato, no una candidata, y para dejarle el camino libre a Padierna Luna.

Así, Manuel Oropeza se convertiría en la segunda opción en caso de que sea rechazada esta propuesta. Y pese a todo, hábiles animales políticos, el bejaranismo también empuja a Suárez del Real rumbo a las oficinas de la cabecera delegacional en la colonia Buenavista. "Sumarse a Martí es una declaración de paz que busca sumar fuerzas contra el monrealismo", explican a LPO, con cuya maniobra se completarían las tres operaciones del Profe para gobernar su atesorada demarcación.