Sismo

Meade coordinaría fondos del sismo y en el PRI creen que se debilita su candidatura

Las especulaciones en el gabinete. Sube la imagen presidencial. Conversación en Los Pinos.

Las imágenes del acto de Enrique Peña Nieto ayer miércoles dispararon especulaciones de corte político en el Gabinete. A más de uno le sorprendió ver al secretario de Hacienda en una posición central, dando la palabra a quienes explicaron las labores de reconstrucción tras los sismos recientes. La clave de la imagen no es la centralidad de Meade en el acto sino que el funcionario fungió como un secretario técnico de ese grupo que deberá encarar la reconstrucción de las zonas afectadas.

La historia paralela cuenta que en la noche del martes a Peña Nieto le explicaron la complejidad que presenta bajar los recursos del Fonden.  También le dijeron que la Federación tiene más de 1,400 compromisos hacia adelante en labores de reconstrucción. 

El mandatario habría encargado, entonces, esta labor a un funcionario elogiado por su efectividad y que conoce a fondo diferentes dependencias del Estado que van a intervenir en este plan. No solo eso: las grandes empresas mexicanas recibieron el mandato de Los Pinos de hacer aportes sustanciales pero a cambio pidieron que quien maneje esos recursos sea de su confianza. De confirmarse la tendencia, Meade hoy está más lejos de su candidatura.

En Los Pinos estiman que llevará al menos un año el proceso de reconstruir la infraestructura afectada. Por eso, el razonamiento que hacen varios sectores del PRI es que si Meade queda a cargo de ese trabajo, no sólo quedaría fuera de juego para la contienda presidencial sino también para el Banxico. 

De ser así, el secretario podría transitar la senda de Miguel Ángel Mancera, Ricardo Monreal o Graco Ramírez. El poderoso giro de la coyuntura nacional golpea de lleno sus aspiraciones electorales. Ninguno puede moverse de su cargo hasta resolver las postales del desastre que asoman en sus distritos. Hacerlo antes implicaría un repudio generalizado. Una fata de compromiso.

El presidente, en tanto, ya entendió que la tragedia también alteró su situación. Su imagen positiva subió en sectores vulnerables, el despliegue escénico que lo mostró colaborando y no buscando a las cámaras fue efectivo y bien calculado. En todas sus giras por el desastre el cuidado fue total y el Estado Mayor procuró apartar de su figura a quienes buscaban hacer prensa como fue el caso de algunos senadores que quisieron acompañarlo en Puebla. En una semana demostró como nunca lo que es en esencia: un político profesional.

Y si su presencia con los afectados lo ayudó en los primeros instantes, en su entorno estiman que todo el proceso de reconstrucción puede ser la plataforma que termine por dejarlo en un nivel de imagen positiva aceptable. La reconstrucción no puede fallar. Mientras Luis Videgaray lidia con Donald Trump e Ildefonso Guajardo renegocia el TLCAN, esta podría ser la gran misión para Meade.

En cuanto a las candidaturas el abanico ahora está más abierto. Porque, según la lógica de los publicistas del presidente, mientras más suba su imagen, más fuerza tiene para apalancar un candidato que no necesariamente sea de los que suenan: la tesis del cisne negro en su máxima dimensión.