Indicadores

Dudas por cambios en medición de la inflación: creen que impactará en los números de pobreza

A los expertos les preocupa que los cambios arrojen cifras desvirtuadas justo en un año electoral.

Las nuevas métricas que el INEGI utilizará en 2018 para medir la inflación arrojarán resultados en plena campaña electoral. En el mercado coinciden en que su actualización es necesaria pero desconfían del momento elegido.

Esta semana, Arturo Blancas, director general del instituto, presentó ante un modesto número de analistas el "Cambio de Año Base para la medición del Índice Nacional de Precios al Consumidor" (INPC) de la segunda quincena de diciembre de 2010 a la segunda quincena de julio de 2018. 

Esto, con el fin de mantener una canasta de bienes y servicios que refleje las preferencias y las modificaciones en los patrones de consumo de los hogares, así como el comportamiento del mercado actual y que evite el sesgo por la antigüedad de los ponderadores, ajustándose a prácticas internacionales. Así lo explicó el funcionario.

Pero la suspicacia surge entre especialistas, que si bien admiten que era necesario ya hacer una renovación -como sucede en otros países- no dejan de advertir que se haga en año electoral. ¿Se esconde alguna trampa? ¿Podría beneficiar al Gobierno?

Desde sus oficinas de Patriotismo y junto a Julio Santaella, presidente del INEGI, Blancas explicó los principales cambios. Se actualiza la canasta de bienes y servicios y también los ponderadores, es decir el peso o la participación que tiene cada uno de los genéricos. "Una cosa importante es que por primera vez estamos incorporando en estos ponderadores la zona rural", dijo.

En este Índice se tendrán 299 genéricos, de los cuales, 10 son nuevos, entre ellos leche de soya, el té y el transporte escolar; algunos desaparecen como los calentadores de agua y la larga distancia nacional.

En el análisis de Julio Soto, economista de Consultores Internacionales S.C., explicó a La Politica Online, que uno de los cambios que llama la atención es que en esta nueva encuesta ya no permitirá medir por extracto de ingreso sino por gasto.

"Esto es un elemento sensible para los que les interesa medir la desigualdad y las políticas públicas", explicó Soto, añadiendo que si bien en términos de pobreza intervienen otros elementos, si tendrá cierto impacto en las revisiones que hace el Coneval.

Esto porque el nuevo índice no medirá la inflación por estatus de ingreso, es decir, por clase social, lo cual consideran los especialistas que estudian la pobreza, como fundamental. Justo en uno de los temas más espinosos para el Gobierno. 

Otro cambio es que se ampliará el número de ciudades que entran en el índice, pasando de 44 a 55, sin embargo, el especialista apunta a que no hay una distinción entre zonas urbanas y rurales. "Y la inflación no es la misma en ambas, lo que impactará en el resultado final", apunta.

De esta manera, el temor principal no solo es que complique la medición del a pobreza en años posteriores, sino que también el resultado se desvirtué. "No lo sabremos realmente hasta que comience este indicador, pero hay sospechas de que estos cambios puedan resultar en una baja en la inflación para 2018", explicó el especialista.

Actualmente la inflación, muy impactada aún por el alza del dólar a inicios de año, los gasolinazos y un aumento en los precios de frutas y verduras se encuentra en niveles por arriba del 6%, su nivel más alto durante esta administración peñista y doblando el objetivo del Banxico -organismo encargado de vigilar la inflación- que parte del 3%.

En el mercado estiman que al cierre de este año la inflación seguirá rondando estos niveles, sin embargo, se prevé que pueda descender para el próximo año, opinión que sostiene el Banxico y que en su visión más positiva, afirma José Antonio Meade, secretario de Hacienda, que podrá volver a niveles de entre 3 y 4%.