Sismo

AMLO cree que el proyecto para quitar fondos a los partidos es una trampa contra Morena

Dice que es para dejarlo sin campaña. "El PRI, PAN y PRD van a sacar dinero de sus gobernadores", repiten sus senadores.

Se volvió una suerte de bumeran. Cuando Andrés Manuel López Obrador ofreció donar el 20% del dinero que recibiría Morena para la campaña de 2018, desde el PRI lo acusaron de encabezar una maniobra ilegal. Unos días más tarde, el segundo sismo que sacudió a México hizo entender al oficialismo que había una oportunidad para dañar la candidatura de AMLO con un golpe financiero. Así lo entendió el propio líder tabasqueño.

Los partidos tienen dos vías de financiamiento. Por un lado, reciben el dinero para el "gasto ordinario", cuotas mensuales que perciben según una fórmula que se establece cada fin de año. Del total de fondos disponibles, un 30% se divide de forma pareja entre todos los partidos, y el otro 70% se divide en relación a los votos obtenidos en la última elección federal.

Pero los partidos también reciben un plus en cada año de elecciones federales: se trata de los gastos y prerrogativas para la obtención de voto. Ese monto es exactamente un 50% extra al dinero que reciben para los gastos corrientes. López Obrador ofreció la mitad de esos fondos etiquetados para campaña.

El PRI redobló la apuesta y pidió aprobar un proyecto de ley para dejar no sólo sin fondos de campaña sino directamente quitar el financiamiento para los gastos corrientes de los partidos. ¿Cómo se financiarían? Aportaciones de militantes y simpatizantes, y donaciones de privados, como empresarios.

Entonces, ¿por qué Morena sería el perjudicado? La lectura que hace López Obrador es sencilla. El PRI tiene cuantiosos fondos en las entidades que gobiernas, empezando por el Estado de México. Algo similar pasa con el "Frente Ciudadano": gobernadores de PAN, PRD e incluso Enrique Alfaro en Guadalajara podrían soportar los gastos de la campaña presidencial.

"Andrés Manuel nunca quiso tener gobernadores porque no quería pagar los costos políticos que siempre genera la administración desde el oficialismo. Desde la oposición y con el soporte de fondos públicos, estaba cómodo. Si aprueban esta reforma, ¿quién aportaría a su campaña?", es la pregunta retórica que se hacen a modo de celebración en el PRI.