TLCAN

Descartan a China como Plan B frente al TLCAN: "Implica mayores riesgos"

El gobierno coquetea con la posibilidad de apoyarse en el gigante asiático, ante la agresividad de Trump.

Las constantes amenazas de retirarse del TLCAN efectuadas por el presidente Trump, activaron en la administración de Peña Nieto un acercamiento a China, como una sutil, pero al mismo tiempo clara estrategia de presión para que el republicano no abandone la mesa de negociación.

Incluso, se habla de que México forme parte del llamado BRIC plus, esto es la alianza de emergentes que tiene en su núcleo duro a Brasil, Rusia, China, India y Sudáfica.

¿Pero que tan provechoso para México sería abandonar la zona de libre comercio norteamericana para ir a una alianza comercial profunda con la potencia asiática?

Las importaciones provenientes de China se han incrementado 134 veces: mientras México importaba 520 millones de dólares en 1995, en 2015 esa cifra llegaba a los 70 mil millones de dólares. De hecho, es este aumento el que ha permitido explicar el crecimiento de las exportaciones a los Estados Unidos: las empresas que exportan a dicho país triangulan. Primero traen insumos baratos de China y, luego, aprovechan la mano de obra barata mexicana y las ventajas de localización.

Las importaciones a México de China crecieron un 134 por ciento, en 1994 eran 52o millones de dólares y en 2015 ya superaban los 70 mil millones. La vulnerabilidad es doble: México tiene un fuerte déficit comercial con China y su crecimiento depende de Estados Unidos.

Por ello, para muchos autores, hablar de un acercamiento a China es redundante ya que actualmente existe una relación bien marcada entre ambos países en lo que al comercio internacional se refiere. En este sentido, la vulnerabilidad de la economía mexicana es doble: por un lado posee un fuerte déficit en la balanza comercial con China y, por el otro, el crecimiento de la economía depende casi exclusivamente de las exportaciones a los Estados Unidos.

"Lo que exportamos e importamos con Estados Unidos en el 2015 representaba el 46.7 por ciento de nuestra actividad económica, y eso nos coloca en una situación de alta vulnerabilidad en torno al comportamiento de la economía estadounidense. Es decir, México dejó de crecer para su mercado interno y le apostó a la estrategia de crecimiento hacia fuera incrementado exportaciones", explica el economista Arturo Huerta, en diálogo con LPO.

Otro dato que evidencia el crecimiento de la influencia de China en el comercio internacional del bloque del Atlántico Norte, es el peso de sus productos en el total de las importaciones mexicanas. En 1995 las importaciones de China representaban un 0.7% mientras que, en 2015, representaron casi un 18%. Por el contrario, las importaciones de los Estados Unidos pasaron de ocupar un 74,4% a representar un 47.3% del total.

"Vemos que la economía victoriosa dentro de Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha sido China y no México", agrega Huerta con ironía.

Una posición deficitaria

Siguiendo esta línea, se destaca que la posición de México en el comercio mundial no ha mejorado pese al superávit comercial con los Estados Unidos de 122 mil millones de dólares regitrado en 2015. México tiene un déficit de comercio exterior de 65 mil millones de dólares con China. A su vez, con el resto de Asia, el déficit de comercio exterior es de 54 mil millones de dólares y el déficit con Europa es de 25 mil millones de dólares. Es decir que la suma de los déficits es mayor al superávit que se tiene con los Estados Unidos.

"Los datos evidencian que los tres países somos perdedores frente a Asia. Por más que se reitera que con el TLCAN el objetivo es de "ganar-ganar", los tres países son perdedores. En el libre comercio ganan los países de alta productividad y perdemos aquellos que tenemos una productividad por debajo de la media internacional", explica Huerta.

Peña Nieto con Putin y Xi Jinping en una reciente cumbre en China.

Asimismo, Sergio Martínez Rivera, economista de la UNAM, destaca que "la presencia de China no vino más que a evidenciar el talón de Aquiles de la estructura productiva nacional y local, ya que nunca se pudo modernizar y preparar a los distintos sectores y ramas productivas para hacer frente a la competencia internacional".

Nos dicen que el TLCAN es un win-win, pero lo cierto es que los tres países de Norteamérica somos perdedores frente a las potencias asiáticas, explica Huerta.

Por eso, Rivera advierte sobre los riesgos de que China se convierta en el mayor socio comercial de México. Según el especialista de la UNAM existe la posibilidad de que tenga lugar una especialización extrema como ha ocurrido con otros países que exportan solamente productos primarios a China con bajo valor agregado, como es el caso de Argentina con la soja. Esto no solo ha deteriorado los indicadores macroeconómicos de dichos países, sino que también se han producido deterioros ambientales significativos.

"En su afán de vincularse con China están comprometiendo sus ecosistemas para satisfacer la demanda de energía, minerales, cereales y granos, madera, recursos marinos y materias primas en general", advierte Rivera.

En este sentido, Rivera sostiene que no existen indicios para pensar que China en el corto o mediano plazo impulse el crecimiento económico integral que requiere México.

"Lo que se está observando es un retroceso ya que, en aras de solventar un propio modelo de crecimiento, se atiende a la demanda internacional renunciando con ello a una estrategia nacional horizontal pues sólo se beneficia a unas cuantas ramas y empresarios. En suma, China parece más una oportunidad de negocios sectoriales que una oportunidad de crecimiento integral", explica Rivera.