Justicia

Cervantes se ve lejos de la Fiscalía General y ahora pide una embajada

Espera por algún destino europeo. La trama de intrigas que lo aleja de su objetivo.

 El procurador general Raúl Cervantes ve cada vez más complicado lograr su objetivo de ser fiscal general. Esto porque los senadores que responden a Felipe Calderón y que encumbraron a Ernesto Cordero en la Mesa Directiva fueron muy presionados por la estructura panista en poder de Ricardo Anaya. Varios de ellos buscan posiciones el año que viene y desde el CEN se encargaron de recordarles que avalar a Cervantes era quedarse sin candidaturas.

Cervantes siempre entendió que su objetivo era difícil. meses atrás amagó con renunciar cuando no pudo indagar a una persona que le interesaba en la trama Odebrecht, que avanza en toda la región menos en los países donde hay implicados ligados al poder actual: Argentina y México.

Ahora el procurador habría puesto sobre la mesa un plan B que podría ser una embajada de buen nivel, algo que es más fácil que el Senado apruebe porque nunca estuvo en juego su idoneidad como profesional para ser fiscal sino su estrecha cercanía con el mundo de Enrique Peña Nieto.

La revelación de la Ferrari no fue grave en lo fáctico sino en lo político: es un estiletazo de un sector empresarial empeñado en que no sea designado fiscal general que se combinaría con una vendetta por parte de Televisa.

El último golpe lo aporta hoy viernes el Grupo Reforma que señala que Cervantes está indagando en la PGR a los fiscales de Nuevo León que van tras Rodrigo Medina. El procurador cree que son maniobras de Ernesto Canales, subprocurador Anticorrupción del gobierno del Bronco que a su vez es un aliado de Televisa y de Claudio González Guajardo, el jefe de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.