Finanzas

Espaldarazo a Meade: los mercados ya apuestan a una reducción de los niveles de deuda

S&P subió la calificación crediticia y el peso se fortalece. También hay advertencias.

Llegó en el momento justo, acaso en formato de casualidad. Aunque para muchos, en política estas casualidades no existen. Como sea, José Antonio Meade recibió un enorme espaldarazo en su gestión económica justo cuando su nombre suena muy fuerte como posible candidato a la sucesión de Enrique Peña Nieto.

Por la tarde del martes se supo que Standard and Poor's (S&P) había mejorado la nota crediticia de México. Una gran noticia que automáticamente se reflejó en la fluctuación del peso. Según la calificadora, el país podrá estabilizar su deuda y por tanto, decidió mejorar la perspectiva pasando su evaluación de "Negativa", otorgada hace un año, a "Estable".

Cuando en agosto de 2016 la calificadora redujo la nota mexicana, prendió luces amarillas en el Gobierno. La razón principal estaba enfocada el deterioro de las finanzas y el alto riesgo que se avizoraba ante el triunfo de Donald Trump.

Entonces llegó una lluvia de pesimismo a las expectativas de crecimiento económico del país, anticipando un escenario lúgubre también para la paridad cambiaria. Los temores eran altos de que el país no podría regresar a una calificación de estabilidad.

La reducción de la deuda sobre el PIB no será muy fuerte pero ya empezará a marcar una tendencia a la baja. Eso es clave.

Pero la disciplina macroeconómica, encabezada por el diseño de gasto y del presupuesto por parte de la Secretaría de Hacienda, dieron herramientas para que la calificadora, que es la más estricta y puntual en sus determinaciones, pudiera tener una mejor percepción, según explicaron analistas en diálogo con LPO.

La calificadora expresó que para esta decisión, se consideró "la rápida reacción de las autoridades gubernamentales mexicanas a los recientes shocks negativos, como la depreciación de la moneda a finales del 2016, disminuirá el reciente ritmo acelerado de acumulación de deuda y ayudará a estabilizar el nivel de deuda del gobierno".

Los expertos consultados por LPO confirman que el Gobierno está encaminado a reducir la deuda. "Lo que preocupaba, más que el crecimiento de la deuda en sí, era la velocidad en que lo hacía. Para 2006 la deuda respecto al PIB era de 29.7%, en 2012 ya estaba en 37% y para el año pasado en 50.2%", señaló a LPO el economista Gustavo de la Rosa, de Consultores Internacionales, C.S.

Pero hay una coincidencia en creer que la dependencia que comanda Meade presentará por primera vez una disminución en esta relación en su reporte de finanzas y deuda pública del primer semestre que se presentará hacia finales del mes.

"No será una reducción muy fuerte pero ya empezará a marcar una tendencia a la baja", consideró el analista Ismael Capistrán, de Signum Research, con una expectativa de que esta relación ahora sea de entre 49 y 48% en razón del Producto Interno Bruto (PIB).

Los motivos expuestos son, en primer lugar, el programa de contención de gasto, con un objetivo de superávit. De igual manera hay que recordar el excedente del Banxico, así como mejores ingresos por petróleo. También que la perspectiva sobre la renegociación del TLCAN dejo de ser negativa.

Los analistas también ven riesgos minimizados en adquirir más deuda y gracias a que el tipo de cambio ya no es tan agresivo para la moneda, el costo de ésta es menor.

Y es que en un escenario muy positivo, Capistrán considera que el dólar puede ubicarse en los 16 pesos. En tanto, de la Rosa señala que al cierre de año el tipo de cambio podría rondar los 18.16 pesos.

No descartan riesgos 

Por su puesto que el documento de S&P no está exento de advertencias: "El próximo cambio en el liderazgo político podría derivar en diferentes prioridades del gasto; no obstante, esperamos que persistan los moderados déficits fiscales. La independencia legal del banco central y el respaldo público para la institución deberían traducirse en la continuidad de una política monetaria prudente".

También menciona que "una alteración inesperada en los vínculos comerciales y de inversión entre México, Estados Unidos y Canadá, o un cambio negativo inesperado en las políticas fiscales o en otras políticas económicas tras las elecciones del próximo año podrían afectar las expectativas de crecimiento del PIB del país".

En su proyección, la economía del país crecerá por debajo del 2% este 2017 y aumentará entre 2 y 3% en los próximos dos años, estimando que la inflación regrese alrededor del 3% para este 2018, como proyecta el Banxico.