TLCAN

La Casa Blanca anunció su prioridad para el TLCAN: Acabar con el déficit comercial

Robert Lightizer envió al Congreso un documento explicando su misión en la renegociación del tratado trilateral más importante del mundo.

 Finalmente, la oficina de Robert Lightizer, represente de comercio de Estados Unidos, envió al Congreso de su país el documento que detalla la lista de objetivos que quieren alcanzar con la renegociación del Tlcan, cuya extinción Donald Trump ha blandido sobre las cabezas del Gobierno mexicano desde antes incluso de ganar la elección presidencial. De acuerdo con el documento de 18 cuartillas, el principal objetivo de la Casa Blanca es reducir el déficit de comercio que existe entre ambas naciones. 

El año pasado México exportó 294,055 millones de dólares al país del norte, mientras que importó 229,701 millones. Es decir, existió un déficit para Estados Unidos de 64,354 millones de dólares, algo que la administración Trump -y no muchos otros analistas-ven como una desventaja para la economía norteamericana.

El nuevo Tlcan buscaría eliminar "subsidios injustos, practicas distorsionadoras del mercado por entidades paraestatales"

Lightizer, según dijo en un comunicado, estaría buscando mejorar el acceso al mercado para la manufactura norteamericana, la agricultura y los servicios en el acuerdo trinacional. Tienen contemplado incluir un capítulo para regular la "economía digital", lo que por cierto podría implicar temas de censura en nuestro país.

El nuevo Tlcan buscaría eliminar "subsidios injustos, practicas distorsionadoras del mercado por entidades paraestatales" y mejorar las protecciones a la propiedad intelectual, otro punto el que podrían intervenir en temas de libertad en internet.

"Muchos norteamericanos han sido lastimados por las fábricas cerradas, los trabajos exportados y las promesas políticas rotas", dijo el principal negociador en temas de comercio. "Bajo el liderazgo del presidente Trump, la Oficina de Comercio de Estados Unidos negociará un trato justo".

La verdad, como suele pasar en temas de este tipo, es mucho más compleja. El cálculo de la Casa Blanca no toma en cuanta -por ejemplo-que México es la séptima nación del mundo con el mayor déficit de cuenta corriente, que equivale a 2.8% del producto interno bruto. El comercio es equivalente a la mitad de este déficit. Como señaló Bloomberg: "países en esta situación usualmente invierten más de lo que ahorran y deben financiar la diferencia con capital extranjero. México es entonces un importador neto de capital".

La visión de Trump y su equipo de que un déficit comercial automáticamente significa una desventaja para Estados Unidos está caduca

Lo que sucede es que, en parte debido a la desigualdad, la población en nuestro país no tiene la capacidad de consumir todo lo que fabricamos, por lo tanto, depende de Estados Unidos, una nación con mercados liberalizados y flexibles que no impone límites comerciales. De acuerdo con los especialistas, casi la mitad de las exportaciones netas a nivel global terminan en Estados Unidos. De ahí que existan tantos déficits comerciales entre ese país y sus socios.

La visión de Trump y su equipo de que un déficit comercial automáticamente significa una desventaja para Estados Unidos está caduca. El flujo de capitales a nivel mundial ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas. De hecho, actualmente el comercio de productos a representa poco más del 1% del comercio global diario, según cifras de las Naciones Unidas.

El déficit comercial de Estados Unidos no desaparecería, simplemente cambiaría de lugar al tiempo que debilitaría la economía y estabilidad del que es quizá su socio más importante en materia de seguridad y su tercer socio comercial 

Explica Michael Pettis para Bloomberg:

A diferencia de China, Japón o Alemania México no exporta capital ni tiene superávits comerciales con el resto del mundo. Por el contrario, absorbe los ahorros excesivos y productos manufacturados del resto del planeta, tal como la hace Estados Unidos. El enorme superávit en comercio que tiene México con su vecino del norte es principalmente una consecuencia de la conveniencia logística de una frontera compartida y regulaciones estandarizadas. Japón, por ejemplo, podría exportar directamente sus ahorros excesivos a Estados Unidos y de manera indirecta exportar producción en exceso, en la forma de bienes intermedios enviados a diferentes países a lo largo de la cadena de suministro, incluyendo México, que por su parte tendría superávits comerciales con Estados Unidos.

Pettis advierte que, si Estados Unidos castiga las importaciones mexicanas, esto haría a nuestro país menos atractivo a la inversión extranjera. Por lo tanto, esos superávits comerciales que tenían con nosotros simplemente los tendrían directamente con aquellos países que invierten en México. Japón, por ejemplo. 

El déficit comercial de Estados Unidos no desaparecería, simplemente cambiaría de lugar al tiempo que debilitaría la economía y estabilidad del que es quizá su socio más importante en materia de seguridad y su tercer socio comercial.