Zamora cita a Ivonne a una reunión para frenar la guerra mediática y evitar que se vaya del PRI

Siempre hubo diferencias en las entrañas del PRI, pero esta vez la pelea fue más mediática que de costumbre. Algunos salieron a criticar a Enrique Ochoa por los resultados electorales -aunque apretadas, victorias para el oficialismo- y otros a pedir más participación de la militancia en los procesos de selección de candidatos para 2018. Como sea, el debate público se tornó muy acalorado.

Arturo Zamora le bajó el precio a los rebeldes, al definirlos como "frustrados" y "políticos de café". Una declaración que generó el enojo de Ivonne Ortega. La ex gobernadora de Yucatán pidió en varios medios de comunicación que se aclare si esos dichos eran respaldados por Enrique Ochoa. Pero la estrategia del CEN tricolor es mantener el silencio para no darle mayor trascendencia.

La Política Online pudo saber que después de tres días muy picantes, Zamora decidió convocar a una reunión en privado con Ivonne. La idea es conversar ya no a través de los micrófonos de los medios, sino en corto sobre los reclamos que tienen los priistas inconformes. "En el PRI a la hora de los trancazos, nos unimos", graficó un militante tricolor en diálogo con este medio.

Ivonne quiere ser al menos precandidata a la Presidencia, pero nunca estuvo en la baraja de Peña Nieto. Por eso se montó sobre el malestar de otras corrientes y sobre los decrecientes resultados electorales del PRI en los últimos años.

"Desde el 2012, se han llevado 24 procesos electorales. Y en ese camino hemos perdido más de 4 millones de votos. Entramos con 20 gobernadores. Hoy tenemos 14 gobernadores. La militancia nos ha dado la espalda o no ha salido a votar. Y todo porque no es escuchada", repite la también ex secretaria general del PRI bajo el mandato de César Camacho.

En el PRI no quieren que el conflicto escale, pues la propia Ivonne ha amenazado con dejar el partido. En una elección presidencial que -al menos hasta el momento- se plantea tan cerrada, el surgimiento de una postulante independiente que pueda captar votos de la estructura priista es una amenaza que no suena atractiva.