Inicia rebelión de Beltrones contra Ochoa para que deje la dirección del PRI antes de 2018
Si la disciplina partidista fuera un partido político, gobernaría el país con holgada despreocupación. Esa obediencia que inventó el PRI en el siglo XX hoy es revisitada una y otra vez para evitar peores daños cuando los desacuerdos entre las cúpulas del poder se hacen públicos.
Este es el caso del partido tricolor, el cual inició la elección presidencial de 2018 con descalificaciones a su dirigencia tras los resultados en los comicios de Nayarit, Coahuila y el Estado de México, por no mencionar Veracruz.
Se trató de una tribu priista que no tiene mayor influencia al interior del partido pero que dejó ver las fisuras que esconde el impenetrable rigor priista. "Una reflexión honesta sobre la realidad de los recientes resultados, licenciado Ochoa, debería llevarlo a renunciar a la Presidencia del CEN", se leyó en la carta de Democracia Interna, expresión priista que dirige el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz.
Pese a la indiferencia con la que fue recibida la misiva de los oaxaqueños, en ella se refieren hechos y dichos graves sobre Enrique Ochoa, a quien acusan de hacer "cuentas alegres" y de no estar a las órdenes del partido sino que su desempeño en la dirección nacional del PRI es como "una obligación personal de responder a quien lo eligió a usted".
"No entendemos bien su lectura. ¿Cómo es posible que hable usted de un partido triunfador? Seamos autocríticos, no hagamos cuentas alegres... No comprendemos tampoco el por qué de su certeza en continuar al frente del PRI hasta el 2019. Manlio Fabio Beltrones, ante los resultados del 2016, decidió dar paso a una nueva dirigencia que pudiera conducir con nuevos bríos a nuestro partido", refiere el texto anti-Ochoa.
Ayer, durante una reunión privada a la que tuvo acceso un periódico de circulación nacional, se confirmó la molestia contra Ochoa Reza entre la militancia priista, donde 89 connotados priistas protegidos bajo el manto de Manlio Fabio, exigieron la renovación de la dirigencia nacional (y no sólo de Ochoa, también de Ruiz Massieu).
"Si hay oídos sordos, repensaremos qué vamos a hacer... Somos muchos los que pensamos lo mismo, los que pensamos igual -perdón por la expresión-, los que estamos hasta la madre de seguir perdiendo el prestigio del PRI con lo que se está viviendo, estamos hasta la madre", expresó el ex diputado José Ramón Martel, de acuerdo con El Universal.
Frente a la próxima realización de la XXII Asamblea Nacional del PRI, quien destacó entre todos los miembros de las tribus Alianza Generacional y Nueva Corriente Democrática, fue la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, quien presuntamente llevará esta quejas a nombre de todos. "La rentabilidad electoral, la competitividad del PRI, ha caído en 4 millones 900 mil votos", sentenció Ortega Pacheco.
Sin embargo, entre todas las intervenciones hubo un comentario revelador, incluso para quienes no simpatizan con el tricolor. Filiberto Alfaro, ex líder estatal del PRI en Sonora, advirtió que se debe cerrar el paso a la apertura de puertas que permitan que el PRI postule a la presidencia a alguien ajeno al partido.
"Uno de los temas a discutir son los requisitos para candidaturas; particularmente, a la presidencia de la república. Se habla de que hay cierto interés de que el PRI postule a un panista, quitar ciertos candados y derechos de la militancia para abrirlo y que sea un candidato PRIAN, que sea un panista pero postulado por el PRI", comentó el operador de Beltrones.
Y continuó: "Hay que tener mucho cuidado con eso porque en realidad lo que puede pasar es que el priismo histórico se alíe con Morena", concluyó.
"Parafraseando al hijo de Colosio, si Luis Donaldo viviera hoy, volvería a morir de la pena", escribió Democracia Interna desde Oaxaca en marzo pasado. Quizá tengan razón.