Rusia Affair

Trump explotó tras revelarse que está siendo investigado por obstrucción de la justicia

Un día después de su cumpleaños, el presidente despertó con la revelación en los medios norteamericanos.

Es oficial. O casi. Ayer el Washington Post reportó que la investigación sobre el caso Rusia, dirigida por el exdirector del FBI Robert S. Mueller, quizás el investigador más temido de Estados Unidos, ya estaba investigando de manera directa a Donald J. Trump por obstrucción de la justicia.

De acuerdo a lo reportado por el Post, oficiales de alto rango de la comunidad de inteligencia están siendo entrevistados sobre el tema, en particular sobre la posibilidad de que Trump haya incurrido en obstrucción de la justicia. También reportaron que Mueller está explorando si personas del equipo cercano al presidente cometieron crímenes financieros.

El diario capitalino habló con cinco fuentes con conocimiento del caso, quienes informaron que Daniel Coats, director nacional de inteligencia; Mike Rogers, jefe de la Agencia de Seguridad Nacional, el brazo electrónico de los servicios de inteligencia; y su ex lugarteniente, Richard Ledgett, "aceptaron ser entrevistados por los investigadores de Mueller" a principios de semana.

Hoy, después de haberse reservado por la tragedia en el campo de baseball ayer, Trump respondió lanzando una serie de mensajes contra la investigación a la que calificó como una "cacería de brujas"

La NSA informó mediante un comunicado que había ofrecido su "total cooperación" con la investigación especial, aunque no entraron en mayores detalles.

Hoy en la mañana, después de haberse reservado por la tragedia en el campo de baseball de ayer, Trump respondió desde su cuenta de Twitter, lanzando una serie de mensajes contra la investigación a la que calificó como "cacería de brujas". Y contra su vieja enemiga: Hillary Clinton.

"Inventaron una historia de colusión con los rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora van por obstrucción de la justicia en la historia falsa. Nice", disparó el presidente al filo de las 6 de la mañana.

Una hora después volvió a la carga: "Están siendo testigos de la más grande CACERÍA DE BRUJAS en la historia de la política de Estados Unidos - dirigida por unas personas muy malas y muy confundidas! #MAGA", remató el presidente con el hashtag de su campaña y grito de batalla entre sus seguidores: Make America Great Again.

Pero no paró ahí. En la tarde, Trump regresó a su cuenta de Twitter para desviar la atención a su némesis, a la que derrotó en la elección general hace más de siete meses: "¿Por qué será que la familia de Hillary Clinton y los tratos de los demócratas con Rusia no están siendo investigados, pero mis no-tratos sí?", cuestionó Trump.

"La chueca [Hillary] destruyó sus teléfonos con un martillo, blanqueó sus correos e hizo que su esposo se reuniera con la Fiscal General días antes de que fuera [cerrada la investigación], ¿y ellos hablan de obstrucción?", continuó.

La investigación le explotó al presidente cuando el mes pasado, contra todo pronóstico, decidió despedir al director del FBI James Comey, quien realizaba pesquisas sobre la campaña presidencial del magnate por posible colusión con Rusia; sin embargo, como el propio Comey le informó al presidente en tres ocasiones, Trump personalmente no estaba bajo investigación. Todo eso cambiaría con la llegada de Mueller.

Aún más alarmante, de acuerdo a una encuesta de Politico y Morning Consult, 43% de los ciudadanos quieren que se inicie el proceso de juicio político contra el presidente

Las acciones de Trump forzaron al vice Fiscal General, Rod Rosenstein, a nombrar a un investigador independiente para el caso. Se rumora que al presidente lo tomó por sorpresa la reacción casi unánime del establishment político cuando despidió a Comey. Esperaba que los demócratas aplaudieran el despido por la forma en que Comey manejó la investigación de los emails de Hillary Clinton durante la campaña. Quedó claro que nadie aplaudiría al presidente, y con el paso de las semanas se ha convertido quizás en la peor decisión que ha tomado Trump; una que probablemente los perseguirá durante meses o años en la forma de Mueller.

Ayer el presidente celebró su cumpleaños 71 con los números de aceptación más bajos en la historia de la presidencia: apenas 37% de los norteamericanos aprueban su labor. Aún más alarmante, de acuerdo a una encuesta de Politico y Morning Consult, 43% de los ciudadanos quieren que se inicie el proceso de juicio político contra el presidente. 

Si bien Trump cuenta con una base muy leal de votantes, para este punto debería estar intentando conquistar a demócratas e indecisos, algo que cada vez se antoja más difícil. Si las cifras continúan en caída libre, es sólo cuestión de tiempo antes de que los republicanos en el Congreso abandonen al mandatario y dejen de defenderlo ante la prensa.