Televisoras presionan a Escudero para sacarle rápido el poder de "fuego" al IFT
La orden fue precisa después de las elecciones del domingo, en donde el PRI salió bien parado ante una debacle para el oficialismo que no se materializó. Como había anticipado La Política Online, de retener el Estado de México, Los Pinos reactivaría la discusión de Ley de Seguridad Interior, una pelea que no quería dar en medio de la campaña.
Con la victoria de Alfredo Del Mazo, que será impugnada por Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno ordenó a su tropa en el Congreso convocar cuanto antes a un extraordinario. Quien lleva la voz cantante es Pablo Escudero, quien en breve dejaría la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado.
El problema es que no será el único tema en la agenda que quiere imponer el oficialismo. Por presión de las televisoras, Escudero anotó también la minuta con las modificaciones al Derecho de las Audiencias, que generó tanta polémica entre los grupos mediáticos.
Esa minuta llegó desde Diputados las última semana del ordinario, y según fuentes del Senado ni siquiera fue turnada a comisión. El reglamento dice que para convocar a un extraordinario se debe contar con dictamen de la iniciativa que se quiere tratar. No es el caso.
Hoy, el senador del Verde metió más presión al contarle a la prensa que ya estaba entregando un oficio a Fernando Herrera, líder de la bancada del PAN y presidente de la Junta de Coordinación Política, para que se pueda abrir un extraordinario entre el 19 y el 23 de junio.
Un periodista le cuestionó cómo iban a convocar a este período si no tenían los dictámenes. "La materia está ahí, los dos dictámenes, el de Hidrocarburos y el de Derechos de las Audiencia, están en Comisiones. Se recibieron y en menos de 24 horas pueden estar dictaminadas. Lo que se requiere es voluntad política", respondió sin tanto apego a la realidad.
Según pudo saber LPO, las televisoras quieren que Derechos de las Audiencias quede resuelto cuanto antes porque en pocos meses se desatará la precampaña presidencial y el Congreso entrará en una parálisis típica de los períodos electorales.