Moreno Valle prepara una rebelión para tomar el control del PAN en Estado de México
Quizás sea la ilustración perfecta de cuáles son los perfiles de cada presidenciable panista. Ricardo Anaya intenta conseguir la victoria de su tocayo Memo en Coahuila porque sabe que así podrá destaparse con su slogan "Tres de cuatro", en referencia a las victorias que habría obtenido en la última elección.
Mientras tanto, Margarita busca sacar provecho de lo contrario: las derrotas del PAN en estos comicios, apoyándose sobre todo en el Estado de México, donde Josefina quedó en un vergonzante cuarto lugar. Claro, su apuesta es de "aire", saturando ese mensaje de inconformidad en los medios de comunicación.
El planteo de Rafael Moreno Valle es parecido pero se encuadra, en cambio, en una estrategia más política: captar los desencantos de los grupos mexiquenses después de una elección fallida. Para lograr esta construcción fortaleció su alianza con Ulises Ramírez, el cacique que todos sabían jugaría en contra.
Hay que recordar que Ulises fue quien impugnó la selección de Josefina como candidata. Su relación explotó hace años con Felipe Calderón y el año pasado también se rompió con Ricardo Anaya, cuando Vázquez Mota exigió que saquen a su gente del Comité Directivo Estatal por los nexos con el priista Eruviel. Fue la condición que puso para aceptar la postulación. Así, Ramírez se cobijó en Moreno Valle.
El ex mandatario de Puebla ya envió el mensaje en una entrevista radial. "Debemos hacer una reflexión. Para no entrar en dimes y diretes, hay que ver números. Si se hubiera llevado a cabo la presidencial, el PAN sería la tercera fuerza electoral. Detrás del PRI y de Morena", evaluó en diálogo con MVS Noticias.
Y apuntó entonces contra el dirigente estatal que corrió a Ulises: "Se debe llamar a cuentas a Sondón, que además fue el coordinador de la campaña. Tiene una responsabilidad. La dirigencia nacional no puede estar festejando ser la tercera fuerza nacional".
La Política Online reveló que en las últimas semanas, otros actores panistas habían pedido la cabeza de Sondón. El principal fue el alcalde de Huixquilucan, Enrique Vargas, que debió bajar el perfil después de la victoria aplastante de Del Mazo en su territorio.