Voto 2017

A la espera del Edomex, el Grupo de los 10 vuelve a considerar al Bronco presidenciable

"Es un cabrón pero es nuestro cabrón", dicen los hombres de negocios. El cálculo dentro del PRI.

 Hasta ahora a pesar de los múltiples intentos de Alfonso Romo , Yeidkol Polevnsky y Vidal Llerenas, satélites de Andrés Manuel López Obrador, el poder económico de Nuevo León sigue sin aceptar la idea de que el tabasqueño será pragmático en la economía, que respetará los contratos y que tendrá un manejo profesional de las áreas sensibles. Más allá de las reuniones y los encuentros, la queja recurrente es la inexistencia de un programa económico por escrito, un documento que los hombres de negocios puedan analizar al detalle y hacer sus observaciones.

Y es ante esa apatía que de cara al domingo la elección del Edomex adquiere una vibración especial para el poder económico norteño.  En las cenas del Club Industrial de San Pedro Garza García, en los partidos de golf en el Club Campestre o en los hangares de jets privados en Toluca, sobrevuela la idea de que si Enrique Peña Nieto fracasa en su plan de retener el bastión del PRI, el próximo lunes las acciones de Jaime Rodríguez Calderón para la presidencia abrirán en alza. Y no en un plano electoral, sino en el esquema de que el único gobernador independiente del país pueda ser el abanderado del sistema contra el antisistema que viene a ser AMLO.

En paralelo en la Asamblea Nacional del PRI de agosto desde Los Pinos baja la orden de que se discutan las candidaturas ciudadanas, o sea, que el partido pueda respaldar para la presidencia a una figura que no tenga los tiempos de afiliación que señalan el estatuto tricolor.

La idea de un candidato ciudadano, de centro pero respaldado de fondo por el PRI está instalada entre los hombres de negocios regiomontanos. Las dudas son sobre quién sería el indicado y si hay tiempo suficiente para instalarlo a nivel nacional.

Un alto directivo del Grupo Alfa arrojó una definición en la noche del pasado martes que debe tenerse en cuenta: "Jaime es un cabrón pero no deja de ser nuestro cabrón". El Grupo de los 10 tiene muchas objeciones a cómo el Bronco gobierna la entidad pero no deja de existir el concepto  de que el gobernador es "un riesgo calculado", una suerte de "malo conocido", ante la fuerza que cobra AMLO de cara a 2018 y que será mucho más fuerte si Delfina Gómez triunfa este domingo.

Entusiasma además a ese público VIP el hecho de que el Bronco tiene un discurso cada vez más virulento para con Morena y López Obrador. Lo acusa de vivir del erario, de manejos poco transparentes y dice que trabaja para que Morena no gane en 2018. Esa visión que tuvo alguna vez Romo (y que la repetía hacia finales de 2016) de juntar al Bronco con AMLO hoy ya suena imposible. "Son dos visiones irreconciliables", aseguran en el entorno del gobernador.

El principal desafío u obstáculo que encuentra el Bronco en ese camino es que su relación con el PRI, de Peña Nieto hacia abajo, se está volviendo cada vez más tormentosa, especialmente a nivel estatal. El gobernador quiere buscar la presidencia pero sin perder su reducto de poder en el Estado. Algo que no termina de ser aceptado por Los Pinos. Una negociación que el Bronco no termina de encarrilar pero en la cual cree que el poder económico podría, una vez más, ayudarlo.