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La alianza PRD-PAN logró imponer las "alcaldías cerradas" para la Ciudad de México

El PRI y Morena se opusieron a que el alcalde ganador obtenga automáticamente seis de los 10 concejales.

 Los ejes que se pusieron en juego en el debate fueron la gobernabilidad y la representatividad ciudadana. Por un lado, el PRD y el PAN insistieron en la estructura de mayoría representativa que avala que el partido ganador de la elección a alcalde sea acreedor también para el 60% de los concejales que integrarán ese órgano de gobierno y los otros cuatro concejales lleguen por la vía plurinominal.

Según dichas fuerzas,ese el esquema que responde a las premisas de la nueva Constitución del DF y también, es la que asegura que el alcalde de turno pueda cumplir con un esquema de gobierno son que los concejales representen constantes "obstáculos"

Por el otro, el PRI y Morena pidieron considerar elecciones abiertas para todos los candidatos, argumentando que los concejales deben ser, justamente, un contrapeso que vigile a los alcaldes en el ejercicio de su poder.

Previo a la votación, el panorama estaba dudoso: sólo morena se mostraba unida en su postura, mientras el resto de los partidos tenía fuertes divisiones internas.

El resultado de fuertes negociaciones internas dejó un saldo de diecisiete votos perredistas a favor de "alcaldías cerradas", tres priistas -entre las que figuraron la del líder de la bancada, Israel betanzos-, diez panistas y otros tres de Partido Humanista, Encuentro Social y PT.

Tras los acuerdos, el pleno de la Asamblea Legislativa aprobó en lo general, con 44 votos a favor y 9 en contra, la nueva Ley Electoral de la Ciudad de México, y con reservas a 41 de los 461 artículos del dictamen.

José Alfonso Suárez del Real, diputado por Morena, señaló: "El ejercicio del poder se organizará conforme a las figuras de democracia directa, representativa y participativa, con base en los principios de interés social, subsidiariedad, la proximidad gubernamental y el derecho a la buena administración, indica el la Constitución."

"La Ciudad de México no podrá terminar de consolidarse como un espacio democrático, si tenemos miedo a abrir las puertas a la participación de la sociedad civil y sin que los procesos electivos para todos los espacios de representación sean abiertos", dijo.

Por su parte, José Manuel Ballesteros, integrante de la comisión que dictaminó la Ley Electoral, indicó que con la aprobación "se da estabilidad y condiciones a la autoridad". "La visión de todos los partidos es que el que gane pueda entregar resultado en base a su programa de gobierno y eso va a permitir la Ley Electoral", expuso.

Ballesteros indicó que la decisión de que el número de concejales se determine en función del porcentaje de votos "es para garantizar la gobernabilidad".

Por su arte, el presidente de la Comisión para la Reforma Política del órgano legislativo local, José Encarnación Alfaro Cázares, insistió que el Consejo en el diseño democrático hecho para la Constitución representa un contrapeso porque se trata de establecer un modelo distinto al municipal, donde el que gana la elección de presidente gana todo y en lugar de ser un contrapeso se vuelve un sobrepeso burocrático, político y de decisiones.

Esto, advirtió a los opositores, es lo que prácticamente no ha funcionado en los municipios. "Aquellos que plantearon que no debe ser electo en una sola fórmula el alcalde y los concejales van en contra de la orientación democrática y de la ampliación de la participación ciudadana en esta nueva forma de gobierno que no es municipio, que no es el ayuntamiento, es con Alcaldía", argumentó el priísta.