Voto 2018

El proyecto presidencial del Bronco detona la avanzada del PRI y el PAN en el Congreso estatal

Los partidos mandan el mensaje de que no le dejarán al gobernador elegir a su interino.

Crece la belicosidad entre Jaime Rodríguez Calderón y las formaciones tradicionales de la política. La disputa que domina al Congreso estatal sobre las reformas electorales encierra el verdadero eje de esa pelea: el PRI y el PAN están decididos a impedir que, en caso de competir por la presidencial y pedir licencia, el Bronco pueda dejar en el Palacio de Cantera a una figura de su gabinete o a un colaborador cercano.

El debate que ayer miércoles se extendió durante más de diez horas, dejó la conclusión de que los partidos hicieron una ley electoral acorde a su estrategia política (y la de los alcaldes), y dejaron casi sin nada al gobierno independiente que cabildeó más potestades para los candidatos sin partido.

En sus incursiones a Nuevo León, cuando conversa con los alcaldes del PRI y con el ex senador Jorge Mendoza, Enrique Ochoa Reza instala sin descanso la idea de que el Bronco dejará el gobierno para ser candidato y que el interino será un priista. No sólo eso: que el gobernador independiente ya no regresará de su aventura nacional. De este modo, el dirigente nacional repite la ambición de Enrique Miranda Nava, entornista presidencial y tal vez el defensor más acérrimo de Rodrigo Medina en la intimidad de Los Pinos.

Miranda es quien trae la convicción de que el Bronco es gobernador gracias a estructuras del PRI lejanas a Medina y que a último minuto decidieron que no querían que la senadora Ivonne Álvarez gobernara la entidad. "El millón de votos no se explica sin el PRI", lanza en privado el hoy jefe de la Sedesol. El Bronco responde con sus números de redes sociales, sus "likes" y su "engagment" en los motores de búsqueda (algo que, por cierto, en el último tiempo no va como debiera). Un debate de sordos anclado en los dos polos de la política agonal: la tierra (estructura, territorio, recursos) contra el aire (mensaje, discurso, redes).

El presidente, en cambio, sobrevuela esa discusión. Se remonta en el tiempo y recuerda con insistencia que el Bronco es gobernador gracias a la reforma política y electoral de su administración. No es un secreto: hace dos meses se lo recordó ante los hombres de negocios más fuertes del país.

Esta tesis de que el PRI va a colocar al gobernador interino (que ya da por sentado que el Bronco será candidato), baja a los diputados a través de Marco González con el mandato de endurecer al máximo la posición del Partido frente al gobernador. Es obvio: González, ladero de Mendoza, va a tener un rol decisivo en los próximos meses. Será clave para sus objetivos sensibilizar al máximo a su bancada y a la del PAN (gracias a su amistad con Arturo Salinas) sobre que el potencial futuro del Estado no pasa por el Palacio de Cantera, sino por las bancadas del PRI y del PAN. Una oportunidad excelente además para ratificar un liderazgo por momentos cuestionado.

Las reformas electorales fueron la oportunidad ideal de demostrarle al gobernador que más allá de los esfuerzos de Manuel González, no tiene control en el Congreso, que es donde se va a definir su interino en caso de una candidatura. Por eso en sus reuniones privadas el gobernador insiste con frecuencia en que la clave de los independientes en 2018 es más la esfera legislativa que las alcaldías. El mandatario estatal vive a diario la complicación de no tener un Congreso estatal a su favor y de no contar con diputados federales para bajar recursos.

El contraataque  ya está en marcha. El plan de Manuel González de investigar los negocios del medisnismo con los medios de comunicación es una amenaza velada para el alcalde más poderoso del PRI en el Estado y el mejor conectado hoy por hoy en la Federación: Francisco Cienfuegos.