Congreso de EU

Frustrado por sus fracasos legislativos, Trump quiere matar la supermayoría

Harto de ver sus propuestas morir en el Congreso, un Trump frustrado exigió acabar con el filibuster.

 En tan sólo cien días Donald Trump se ha enfrentado con las duras realidades de gobernar en una democracia donde el presidente no es un monarca todopoderoso. Desde su llegada Trump no ha podido pasar una sola resolución en el Congreso, excepto por el nombramiento del ministro Gorsuch, que tuvo que hacerse sin el voto demócrata. Su propuesta de salud murió antes de llegar al piso de votación, y el presupuesto, aunque no ha sido aprobado, está plagado de concesiones para los demócratas que lo convierten en otro fracaso legislativo.

Frustrado con su incapacidad en el legislativo, el día de hoy el presidente descargó en Twitter su enojo contra el Congreso, y demandó que se acabará con el filibuster una regla parlamentaria que permite exigir una supermayoría de 60% de los votos para pasar legislación importante.

La razón por la que tenemos este plan [presupuestario] negociado entre demócratas y republicanos es que necesitamos 60 votos en el Senado que no está ahí! O elegimos más senadores republicanos en 2018 o cambiamos las reglas ahorita a 51%. ¡Nuestro país necesita un buen shutdown [suspensión del gobierno] en septiembre para arreglar este desastre!

Durante una entrevista con Fox News transmitida el viernes, Trump declaró que en el gobierno se ven forzados a hacer cosas absurdas "que no harías si no fuera por estas reglas arcaicas".

No está tan perdido. Barack Obama vio la segunda mitad de su administración paralizada al nivel legislativo por el Freedom Caucus, la bancada ultra conservadora del Partido Republicano que boicoteó la reforma a la ley de salud de Trump.

En la era del Freedom Caucus es común que la Asamblea de Representantes arme leyes absurdamente conservadoras, buscando la aprobación de la bancada ultra, que invariablemente mueren al llegar al Senado, cuyos miembros son más moderados. Es decir, el problema de Trump no es tanto en el Senado, sino en la Asamblea. La mayoría de los senadores de ambos partidos están en contra de acabar con el filibuster, saben que en cuanto cambien los roles y el otro partido recupere el control de la cámara, no podrán volver a bloquear legislación.

Preocupa además que Trump ha demostrado en repetidas ocasiones su admiración por líderes totalitarios como Vladimir Putin, o el expresidente Andrew Jackson, responsable de la muerte de millones de nativos americanos y a quien alabó durante una entrevista el fin de semana pasado. En esa jornada maratónica de reuniones con reporteros, Trump dijo también que sería "un honor" reunirse con el líder de Corea del Norte, el brutal Kim Jong Un, quien probablemente es responsable de ejecutar a cientos de ciudadanos en su país. Hace unos días se supo que Trump había invitado a Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas, quien desde que tomó posesión el año pasado lanzó una guerra contra los consumidores y vendedores de drogas en su país. Se cree que alrededor de 7 mil personas han muerto bajo el régimen de Duterte, quien apoya las ejecuciones extrajudiciales. Y por supuesto su legendaria admiración por Vladimir Putin, quien se sospecha es responsable de la muerte de varios de sus críticos.

A pesar de sus tendencias, el historial legislativo de Trump parece tranquilizar a sus críticos. Resulta difícil imaginar que consiga pasar leyes dañinas para el sistema democrático norteamericano. En este momento se discute la segunda versión del Trumpcare en la Asamblea y se rumora que buena parte del Freedom Caucus está a favor de aprobarla. Aún si lo logran, lo más probable es que muera al llegar al Senado.