Mercados

Moody's no bajó la nota de México pero sostiene su preocupación por Pemex

La calificadora admite una mejora en las finanzas de la petrolera, pero considera que la situación es "preocupante".

Ya lo había explicado LPO: los temores en el mercado en torno a una posible baja en la nota de la calificadoras de riego crediticio del país se venían desvaneciendo. Efectivamente Moody's hizo su parte en darles la razón y mantuvo su último posicionamiento.

Se trata de la calificación soberana del país en ‘A3' con perspectiva negativa. No hubo tampoco avances, pero ante un escenario donde la deuda mostró el año pasado un crecimiento de 50% durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, se prendieron las alarmas.

Entonces la maquinaria se puso en marcha. Algo que jugó a favor fueron los remanentes que el Banxico entregó al Gobierno por 321,653 millones de pesos y que Hacienda, a cargo de José Antonio Meade, indicó que ayudaría a amortiguar el tema de la deuda.

Además, el mercado observaba otros indicadores en el mercado internacional, por ejemplo, mediciones internacionales de riesgo. Un ejemplo es el índice EMBI+ de JPMorgan, que mide el ‘miedo' existente entre inversionistas sobre la deuda mexicana.

Pero lo que esta vez la calificadora ponderó fue Pemex, a cargo de José Antonio González Anaya, que en años anteriores había estado en la mira por sus grandes problemas financieros, derivados de los operativos. Sin embargo, esta postura de Moody's evidencia el avance de la petrolera.

"La situación financiera de Pemex ha mejorado en relación con la observada a principios del año pasado debido a: (1) la implementación de un programa de reducción de gastos, (2) mayores precios del petróleo y, (3) apoyo de liquidez en 2016 proveniente del gobierno", indicó Moody's en su documento.

Sin embargo, la calificadora mantiene la perspectiva negativa. Persiste el factor Trump en el escenario de riesgos.  Explicó que "hay preocupaciones sobre la posibilidad que choques externos provenientes por la posibilidad de que cambios en las políticas comerciales de Estados Unidos tengan un impacto negativo en la actividad económica que llegara a afectar el proceso de consolidación fiscal".