Nuevo León

Femsa vetó a Elizondo como interino y precipitó su salida del gabinete del Bronco

El Diablo Fernández no le tenía confianza. El rol del PRI y los empresarios.

La salida de Fernando Elizondo del Gobierno de Nuevo León pone fin a una tensión a dos flancos que existió casi desde el principio de la administración de Jaime Rodríguez Calderón. Por un lado la dicotomía con Manuel González que representa el ala política del gabinete y por el otro, que fue la decisiva para su salida, la fricción con planes electorales del Bronco. 

Elizondo desde hace un mes se movía bajo la premisa de que el gobernador se iría de candidato presidencial y él ocuparía su cargo. Es lo que explica sus múltiples reuniones con los referentes del PRI para asegurar que el Congreso estatal lo ratifique.

Esta semana Elizondo terminó por comprender que la salida del Bronco hacia su apuesta presidencial no es inminente y que, cuando esta llegue, él no sería el elegido. Conoce además que en una reunión hace diez días José Antonio "El Diablo" Fernández, mandamás de Femsa, lo vetó para el cargo de interino. El empresario creía que podía existir una maniobra para hacer que el Bronco ya no pudiera regresar tras la presidencial.

Para Fernández es más funcional un interino que llegue por fuera del gabinete y que en lo posible carezca de ambiciones de peso: todos los reflectores se vuelcan sobre el académico David Noel, que va de salida en el Tec de Monterrey.

Femsa lo vetó para el cargo de gobernador interino. El empresario creía que podía existir una maniobra para hacer que el Bronco ya no pudiera regresar tras la presidencial.

Había otro favorito en la figura del empresario Fernando Maíz pero una tragedia dio por tierra con esa posibilidad. La ecuación es la misma: el interino debe ser un candado para el Bronco y no un riesgo

Además existían otras fricciones. Elizondo nunca estuvo de acuerdo con el cabildeo del Diablo, a través de ONGs financiadas por Femsa, para imponer al fiscal general y al fiscal anticorrupción del Estado. Una operación que lleva el lobbista Vidal Garza y que tiene una meta muy actual en lograr que el actual procurador Bernardo González sea el nuevo fiscal. Elizondo prefería a un recomendado que le llevaron el abogado Gerardo Montes y el jefe del Metrorrey Jorge Arrambide.

Fernando Elizondo, ex coordinador ejecutivo del Bronco.

El dato del veto del Diablo circuló y es lo que explica que esta semana Juan Ignacio Garza Herrera, titular de la Caintra, destacará el manejo económico del Estado a cargo de Elizondo. Su salida deja a varios hombres de negocios sin un interlocutor definido e incrementa cierta incertidumbre sobre el futuro de un área sensible.

En una reunión en su casa de San Pedro Garza García Elizondo escuchó una recomendación que también cobró toda su fuerza: no sería bueno para su imagen renunciar una vez que se sepa que él no era el elegido. Quedaría la imagen de un hombre que solo integró el gobierno para, en algún momento, ser gobernador.

Poco tiene que ver Elizondo con el Bronco. Es un hombres de gestos adustos, culto, silencios prolongados y con cierto desprecio a los puntos más elementales de la real-politik. Se siente más comodo entre empresarios, abogados y mesenas del arte que entre diputados o sindicalistas.  Entre los dos tuvieron la habilidad de complementarse en la campaña pero gobernar fue otra historia completamente diferente. La salida de hoy viernes es el último episodio de una larga historia de tensiones.