Casa Blanca

Por presión del Pentágono, Trump expulsó a Bannon del Consejo de Seguridad Nacional

Influyó también el general McMaster, asesor de Seguridad Nacional que reemplazó a Flynn.

Stephen Bannon, ex director general de la campaña Trump, fue expulsado del Consejo de Seguridad Nacional. Se trata de un revés serio para el equipo nacionalista de la administración Trump, encabezados por Bannon, quien es además el Jefe de Estrategia de la Casa Blanca, un puesto que por su naturaleza política no se acostumbra que tenga acceso a temas de seguridad nacional o militares.

Trascendió también en el Washington Post que el general H.R. McMaster, quien reemplazo a Michael Flynn como Consejero de Seguridad Nacional, puso como condición a Trump la salida de Bannon del Consejo a cambio de aceptar el nombramiento. 

James Mattis, Secretario de la Defensa, tampoco estaba a gusto con la presencia de Bannon. Su salida es un triunfo para los generales y el establishment del Pentágono. Y por supuesto un nuevo revés para el magnate republicano, que no consigue cerrar las grietas al interior de sus equipos.

Cuando la Casa Blanca anunció hace unos meses que el polémico Bannon entraría al Consejo de Seguridad Nacional fueron muchas las voces que criticaron la entrada de un personaje como él a la importante cofradía. 

Desde su fundación durante la administración Truman, quien fue el que ordenó los ataques nucleares contra Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial, el Consejo ha sido visto como un órgano apartidista donde la política no tiene cabida.

Stephen Bannon observa a su jefe Donald Trump.

Ningún otro presidente en la historia había invitado a su operador político a sentarse en el Consejo. Menos aún alguien como Bannon, quien ha sido relacionado con Alt-right, el movimiento cuasi supremacista blanco que tomó su portal de noticias Breitbart como base de operaciones y comunicación. El propio Bannon en alguna ocasión se declaró aliado del movimiento.

En un principio la administración intentó acallar las voces que cuestionaban su experiencia en estos temas, señalando su breve carrera en la Marina como evidencia. No fue suficiente. Es sabido que el estado mayor del Departamento de Defensa nunca estuvo de acuerdo con el nombramiento.

Su expulsión es una concesión rara para un presidente como Trump, quien siempre se ha mostrado reticente a reconocer tropiezos y malas decisiones.