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El futuro del PRI en Nuevo León genera tensión entre Ochoa y Guajardo

El dirigente nacional asegura que no habrá cambios en encuentro a solas con Cienfuegos y De la Garza.

Enrique Ochoa estuvo en Nuevo León para un encuentro reservado con los dos principales alcaldes del PRI en el Estado, Adrián de la Garza (Monterrey) y Francisco Cienfuegos (Guadalupe). El resultado concreto del encuentro es que nada cambia por ahora: Marco González resiste en la coordinación de los diputados locales y César Cavazos como líder del partido a nivel estatal.

Esta permanencia es funcional a los alcaldes y también al mejor socio de Ochoa en el Estado, el ex senador Jorge Mendoza. Los alcaldes tienen un fuerte control sobre Cavazos y Mendoza en el principal sponsor de González.

Los heridos de esta continuidad son los dos priistas más fuertes de la entidad en el gabinete: el secretario de Economía Ildefonso Guajardo y el titular del  Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (INIFED) Héctor Gutiérrez de la Garza. Ambos funcionarios son muy críticos de la situación del PRI en Nuevo León. Es entendible: los dos imaginan un futuro político en el Estado y temen que el manejo errático que observan los perjudique en sus ambiciones.

Gutiérrez de la Garza visita con frecuencia la zona metropolitana y promueve a Raymundo Flores como potencial dirigente estatal. Por su parte Guajardo fue quien armó la junta de los alcaldes del PRI del estado que fueron a visitar a Ochoa a la Ciudad de México con un pedido expreso: que Cavazos deje la dirigencia estatal porque aseguran que el Partido corre riesgo de extinguirse.

Guajardo además está inquieto por temas electorales de cara a 2018 como que Adrián de la Garza ya está aportando recursos a la candidatura de Rafael Moreno Valle. Tampoco convence el protagonismo de Mendoza cuyo ladero en Grupo Salinas, Cuauhtemoc Moctezuma reporta en el equipo de campaña de AMLO.