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Más problemas para Trump: Ross tiene ocho fábricas de autopartes en México

El secretario de Comercio, encargado de renegociar el TLCAN, habría mudado casi 3 mil empleos desde EU a México.

Donald Trump no quiere suavizar su discurso ni aflojar la presión contra los empresarios que eligen migrar sus plantas hacia México. Los acusa de golpear a los trabajadores de sus país y les promete duras consecuencias, como imponer aranceles fronterizos a sus productos.

Por eso, la noticia genera un duro golpe mediático para el presidente de los Estados Unidos. Wilbur Ross, nada menos que su secretario de Comercio, es decir el hombre que negociará el TLCAN, es fundador y accionista de al menos ocho fábricas de autopartes en México, según reveló El Universal. Cazador cazado. 

La información fue confirmada por el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, en donde figura que Ross ha trasladado al menos 2,700 empleos desde EU a México desde 2004.

La historia de esta mudanza de plantas hacia México comenzó en 2006, cuando junto a un grupo de inversionistas liderados por Franklin Mutual Advisers fundó la compañía International Automotive Component Group (IAC Group). Ese mismo año, mediante IAC, compró a la gigantesca Lear Corporation, una de las principales productoras de autopartes establecidas en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Según el sitio en internet de IAC Group, la firma tiene ocho sedes en México, sin contar a Lear: Arteaga, Coahuila; Hermosillo, Sonora; Santa Catarina, Nuevo Leon; San Miguel Xoxtla, Puebla; El Marqués, Querétaro; Ramos Arizpe, Coahuila; Saltillo, Coahuila, y Toluca, Estado de México.

Las sedes mexicanas se encuentran bajo el nombre de IACNA, con modalidad AAA (certificación fiscal para empresas con mayor eficiencia, que ofrece beneficios y créditos fiscales), y renovaron concesiones el mismo día en que Trump asumió la presidencia, de acuerdo con el registro público. Lear tiene su principal sede en Ciudad Juárez, Chihuahua, y exporta autopartes, asientos y sistemas eléctricos para automóviles estadounidenses.

El Grupo IACNA fabrica partes de ensamblaje para las puertas de automóviles, paneles, consolas, pisos, sistemas acústicos y otros componentes exteriores e interiores, según detalla su sitio en internet. Los principales clientes de la compañía de Ross son BMW, Fiat Chrysler Automobiles, Ford, General Motors, Honda, Mercedes, Nissan, Toyota, Volkswagen, Hyundai/Kia, Volvo Truck y Freightliner.

Hasta octubre de 2016, Ross era propietario fundador de la empresa de textiles International Textile Group, con sede en el estado de Morelos, fabricante de bolsas de aire y piel para interiores de automóviles, entre otros.

Las leyes de EU obligan a cualquier funcionario público —excepto al presidente— a entregar 90% de sus acciones en compañías privadas para evitar conflictos de interés, lo que Ross aceptó durante su audiencia en el Senado. Sin embargo, hasta hoy se desconoce si ha cedido sus acciones, aunque dejó de formar parte del Consejo Directivo de IAC en 2014.

En 2006, el empresario vendió su compañía WL Ross & Co. —propietaria de IAC Group— a Invesco. Sin embargo, se mantiene como accionista mayoritario y en la toma de decisiones.

Durante su audiencia de confirmación en su nuevo puesto público, Wilbur Ross aseguró al Comité de Comercio del Senado de Estados Unidos que la renegociación del tratado comercial, que cumple 23 años entre México, Estados Unidos y Canadá, sería una de las prioridades de la administración del presidente Trump, y se declaró “procomercio”.

“No soy anticomercio, soy procomercio, pero un comercio sensible. Ser anticomercio es una desventaja para el trabajador americano y para la industria manufacturera americana”, expuso.

En un intento para detener el offshoring, Donald Trump ha amenazado con imponer un “gran impuesto fronterizo” a los fabricantes de autos que elijan producir en México en lugar de EU. Cuestionado sobre el impuesto de 35% que el presidente de aquel país busca imponer a los productos hechos en México, el empresario se limitó a decir: “Es un asunto complicado”.

“Las tarifas juegan dos papeles: como una herramienta de negociación y para castigar a los países que no juegan bajo las reglas”, dijo Ross ante el Senado.