Finanzas

Meade furioso con Carstens: cree que el alza de tasas no era urgente y golpea al PRI en las urnas

El Banxico apuesta por contener la inflación, pero frenaría más el crecimiento. Ajuste o deuda, la encrucijada.

Las últimas decisiones de Agustín Carstens generaron tensión con Hacienda. Su decisión de partir del Banco de México están basadas, sin duda, en el crecimiento de su imagen internacional. Pero también en los cruces que empezaron a volver más frecuentes con José Antonio Meade.

La política de aumentar preventivamente la tasa de interés es uno de los puntos de conflicto. Tiene sentido: para José Antonio Meade -como representante del Gobierno y otrora potencial candidato en 2018- cada suba de la tasa implica una potencial desaceleración de crecimiento económico. Siempre un mal escenario para los oficialismos en años electorales.

Un dato concreto: Hacienda fijó la tasa de referencia para 4.5%. Con el último alza que decidió el Banco de México, ese número ya se coloca en 6.25%. Casi dos puntos arriba. Y según las estimaciones de las consultoras, todavía puede haber más aumentos durante el año.

El objetivo de Carstens es contener la inflación. Para los más ortodoxos, es la principal función de todo Banco Central. Sin embargo, los equipos de Meade creen que Carstens exageró con los últimos aumentos, puesto que el rebote inflacionario que generó el gasolina en la primera quincena de enero (1.51%) ya estaba cediendo en la segunda mitad del mes (0.24%).

Esta diferencia se observó en la comunicación de cada organismo. En su comunicado tras subir la tasa, Banxico dijo que un tema que estarían observando sería el impacto en la inflación por los precios de la gasolina. Hacienda ya había dicho que el aumento en precios por el gasolinazo sólo se vería durante el primer mes del año.

El costo de esa decisión ahora deberá pagarla el Gobierno, porque el incremento de tasas podría profundizar la caída del consumo interno, que como explicó LPO ya venía mostrando signos de debilidad. 

“Hará menos factible que la gente busque créditos y a su vez, los bancos tendrán menos incentivos para dar créditos”, explicó el investigador del Tecnológico de Monterrey, Ángel Olvera.

Por otro lado, el incremento de tasa es sinónimos de mayores costos para la deuda pública, otro de los objetivos de este sexenio. Quiere decir que el equipo económico de Peña Nieto queda otra vez en la encrucijada de dejar crecer los niveles de deuda o tomar la decisión de profundizar el ajuste. Otro escenario adverso en un año clave para el PRI.

“Nosotros pensamos que no debería ser considerable [el impacto sobre el PIB], sobre todo por el hecho de que estamos iniciando de un nivel de tasas históricamente muy bajas", se defendió Carstens en una entrevista por Radio Red.